Si quería festejar mi cumpleaños, pero pasaron cosas.
Primero arrancó lindo y soleado. Muchas personas me mandaron mensajes lindos y alentadores. Gente que me quiere me lo hizo sentir, estuvieron. Fui a almorzar con las nenas y eso fue hermoso.
Edesur me lo arruinó un poco, porque me cortó la luz a las 11am, y durante demasiadas horas no pude hacer las cosas que planeaba. Quería hacer una pizzas en casa, y ya no pude, porque sin luz, la única opción era irse. Los cortes de luz permanentes me ponen de un humor particular. Siento que no puedo hacer nada mas hasta que se resuelva. El reclamar, el estar pendiente, el deshacer los planes.
Así que me tuve que conformar con soplar una velita sobre una pizza comprada en casa de mi hermana. Después un apuro para irse a dormir porque al otro día todos laburan y los chicos van a la escuela.
Y fue eso. Sentí que pasaba todo un año en unas horas.
Me quedé con la promesa de hacerlo mas adelante, el fin de semana o la semana que viene. Todo implica organizar muchas cosas, y gastar plata, cuando lo único que quería era festejar otro año de vida.
Algo de todo, me dejó un sabor amargo. Y no fue solo edesur.
Es quizá el inexorable e inevitable paso del tiempo.
No me gusta pensar que me pone mal algo tan superficial y tonto como la edad. Pienso en todos los "deberías" que ahora nos decimos.
Así como no se nos permitía engordar, ahora no se nos permite envejecer.
Mejor seguir cumpliendo años, que dejar de cumplirlos.
No estás vieja, estás sabia.
Son años bien vividos.
Y quizá por eso entreno tanto. Para seguir pudiendo hacer. Lo que antes era normal para sentirme bien, ahora implica un trabajo corporal grande.
Poder subir una escalera sin desmayarme, poder correr 21km por la montaña. Cuando a los 20 podía, hoy también puedo, pero implica un trabajo. Sé que no saldría solo.
Mas días de yoga, mas elongación, mas pilates, mas kilómetros, no comer nada rico. Y todo eso, con la esperanza de vivirla mas y mejor. No solo por cantidad de vida, sino que vamos por la calidad.
Y lo peor de todo eso, es que es sin garantías, que ya nos dimos cuenta que el tiempo es finito, que vivíamos con la ilusión de ser eternos y poder hacer esas cosas mas adelante. Cuando haya plata. Cuando las cosas mejoren. Ahora, los sueños implican una pregunta incómoda ¿Cuándo?
No es la apariencia, o mejor dicho, no es solo la apariencia, si vamos a ser honestos del todo. Es el saber que tiene un final, y que si bien ese final está en el futuro, y desconocemos la fecha, lo que nos ata al hoy son los afectos, el amor, las personas que tenemos alrededor y que comparten los días con nosotros. Ahora.
El sentir que compartimos momentos con otros, nos hace vivir. Entonces hay que festejar los cumpleaños, aunque se gaste plata, aunque se pierda mucho tiempo en organizar. E invitar a la gente que queremos que nos abrace, nos reconozca, nos cante el cumpleaños feliz con honestidad, porque para caretear tampoco hay tiempo.