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sábado, 18 de enero de 2014

Miedos pre parto

En solo dos días faltará un mes para la fecha estimada de parto. Pienso eso, pienso que se puede adelantar quizá unos días y me lleno de todos los miedos y dudas. Llegó la recta final, el momento de meterle serenidad al tema. Sacar las dudas y convertirlas en certezas, quizá la mas importante de todas, todo va a salir bien. Esa es una duda que no tengo para nada, quizá no la permito entrar en mi mente siquiera. Va a ser difícil, no por nada cuando algo es difícil la gente dice "es un parto", pero confío en que todo va a salir bien, y que por lógica tendría que ser mas sencillo que el parto de Victoria.
Mi cuerpo aprendió y yo puedo sentirlo y reconocer cosas que en mi primer embarazo no sentía, como las contracciones. También sé donde está Isabella, todo el embarazo se la pasó de mi lado izquierdo y cabeza abajo, y todo el tiempo tuve miedo que se diera vuelta, pero por suerte al parecer ya no tiene espacio. Se nota en que a veces hace movimientos que me molestan y me obligan a tomar otra postura corporal, como estirar una pierna o acostarme de determinada manera. Tengo miedo de que sea un bebé grande, mas grande que Viki, que pesó 3kilos.
Pero mis miedos tienen mas que ver con cosas que jamás hubiese siquiera pensado en mi primer parto. Tengo sí, miedo al dolor, pero esta vez va a ser algo conocido, aunque igual de intenso e ilimitado como la primera vez. Me acuerdo que tenía dudas sobre hasta donde podía llegar ese dolor tan grande, que cuando me parecía que ya no lo soportaba mas, se hacía mas fuerte aún. Pero ahora sé que ese dolor trae consigo un conocimiento básico y elemental que hay que escuchar, escuchar al cuerpo y al dolor es fundamental para parir. Ese dolor te dice también como tenés que parir, y te trae necesidad de soltar y de pujar y además te dice como hacerlo. Y sobre todas las cosas es un dolor que pasa, no es para siempre.
El misterio creo que siempre ronda los partos es ver al bebé. Mamá y bebé se ven por primera vez la cara, se conocen, o se reconocen de otra manera diferente a la que han estado vinculados. En ese momento se ve a esa criaturita que ha estado viviendo dentro de uno, pateándole las costillas, la vejiga, sacando de vez en cuando algún codito o rodillita, o bailando dentro cada vez que comemos algo que les gusta. "Así que eras vos?" Creo que uno se pregunta. En el parto de Viki no pude vivir ese momento, simplemente porque estaba demasiado asustada, o demasiado sobrepasada de la situación, apenas la pude mirar, y pasé varias semanas tratando de recordar ese momento en el que flotó delante de mí sobre las manos del obstetra.
Ahora se mueve Isabella por arriba, como recordándome que iba a hablar de los miedos que tenía... y al mismo tiempo me da una contracción...
Esta vez mis miedos tienen que ver con la institución y con sufrir violencia obstétrica. Desde el principio del embarazo hablé con mi obstetra sobre qué quería para el parto. Le conté que mi parto anterior había sido rápido, y sin necesidad de usar oxitocina sintética, o romper bolsa. Acordamos que dentro de las posibilidades, yo iba a elegir la posición como parir. Acordamos que en principio no iba a requerir anestesia, pero que eso lo iba a decidir en ese momento. Creía haber abarcado todos los puntos, pero estaba muy equivocada, simplemente me enteré de algunos procedimientos que hace la clínica a la que voy, que antes no me había enterado porque había tenido en otro lugar.
Por ejemplo, algo que me enteré es que me cortan el anillo de casada porque suspuestamente no puedo entrar con el anillo, y básicamente ya no me lo puedo sacar porque ya tengo demasiado hinchados los dedos. En mi otro parto me lo dejaron...
Otra cosa que me vengo a enterar ahora es que el contacto inicial dura unos pocos minutos y luego el bebé es llevado para que lo revise la neonatóloga. Eso pasó en mi otro parto, pero esa revisión constó de unos pocos minutos. Acá al parecer, lo bañan, lo revisan y además de todo lo que le habían hecho a Viki, le meten una sonda por la cola, y otra por la boca, y además los vacunan y le hacen mil cosas más que podrían esperar perfectamente a que le de la teta por ejemplo, que es mucho mas saludable que meterle una sonda por la cola...
Además se agrega el hecho de que al parecer esta institución tiene la costumbre de llevarse al bebé a neo porque perdió temperatura...
Todas esas cosas me dan miedo, me da miedo de pasarla mal con esas rutinas hospitalarias y terminar peleando con todo el mundo. Así que lo hablé con mi marido, y él me prometió que yo no iba a tener que pelear con nadie, que él se iba a encargar de hablar con Neonatología y en todo caso pelear si era necesario para que no me arruinen ese momento ni la lactancia, ni que le den biberones ni hagan todas esas maldades que innecesariamente le hacen a los bebés en ciertas instituciones. "Vos encargarte de sacarla, pero no estés pensando en todas estas cosas porque de eso me encargo yo". Me pareció súper tierno, y me relajó mucho. En ese estado de relax escribí la entrada del otro día.
Ahora parezco adolescente, porque un día estoy diez puntos y otro estoy bajón de nuevo. Hoy estoy medio depre, hasta estuve llorando un rato, y ni sabía bien porqué. Quizá me da miedo la soledad... o el futuro, o la incertidumbre. No sé... el miedo parece ser siempre lo que vuelve como sentimiento.
O serán estas hormonas!!!!

miércoles, 15 de enero de 2014

El nacimiento de Isabella

Hoy me desperté especialmente optimista. Mi palabra del día de hoy es OPTIMISMO. Pase lo que pase, sé que Isabella va a llegar a nuestras vidas, voy a tener a mi bebé en brazos en poco tiempo, vamos a volver a tener un bebé en casa y Victoria va a tener a su hermana.
En este parto de Bella, nace la familia de nuevo, mejor, mas grande, con mas amor, con mucho más de todo lo que tiene la familia. Todo bebé trae consigo un mensaje, una función en la vida y en la familia, en la historia familiar Isabella va a ser importante y ninguno de nosotros va a atravesar su nacimiento sin un cambio personal.
Yo, particularmente estoy esperando ese momento a veces con ansias y otros con miedo, hoy toca el optimismo. Desde hace mucho tengo un pensamiento en mi cabeza: El nacimiento de Bella me va a transformar de manera tan profunda que solo voy a poder ser yo misma. Todas las cosas que me pasaron durante el embarazo fueron solo el camino que Bella me está marcando en la vida. Ella desde adentro de mí me está diciendo "por acá no" y "esta no sos vos".
Esta sensación de optimismo me inundó de pronto y creo que podría usarla para poder atravesar el parto de Isabella. Traerla al mundo con optimismo... Me gusta.
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