¡Gracias por estar acá!

lunes, 20 de noviembre de 2023

Los peores temores

 Me quedé sin palabras.

O eso creí, que ya era tanto, que no sabía con qué palabras describir como me sentía. Pero no me había quedado sin palabras, estaban todas en mi cabeza dando tumbos, chocando entre sí. Creía que si las expresaba en voz alta, o acaso escribía un mensaje en la web imborrable, me haría daño para siempre. Entonces la escribí en mi cabeza, con toda la furia, imaginé otra vez los peores escenarios. Como leí por ahí, una de esas tantas cosas, "Terminó la campaña del miedo, y comenzó el miedo". 

Y cosas así escribí, cosas furiosas. Decidí terminar relaciones para siempre. Iba a decir palabras hirientes, que iban a zanjar en la intolerancia, y al final iba a arrepentirme. No porque no las sintiera ciertas, sino porque la ira es mala consejera. Si se van a decir cosas de verdad hay que decirlas con altura, y la furia es una emoción que nos hace caer bajo.

La violencia, a la que tanto temía, también estaba en mí, con intolerancia y con dolor, pero sobre todo con miedo al futuro.

Lloré mucho. Me fui a dormir averiguando posibles países a donde migrar, o mejor dicho, a donde escapar. Recordé la canción que dice "Solo le pido a Dios que el futuro no me sea indiferente, desahuciado es el que tiene que marchar, a vivir una cultura diferente". Me desperté también llorando mientras seguía imaginando futuros espantosos surgidos de las propuestas de, ahora, nuestro presidente electo.

Opté por una limpieza de redes sociales y contactos de celular. Opté entre "silenciar" a esa gente que hay que seguir por familiar o colega, y bloquear esa gente que ni me interesa un poco. Para mí con esas personas, es un antes y un después.

Ví el estado del pediatra de mis hijas, celebrando la victoria. Y dudé ¿Estoy bien? ¿Qué le pasa a este señor? Puedo seguir confiando en mi criterio, o mejor dicho en su criterio? Ese estado me hizo mucho ruido porque respeto al doctor, siempre tan amable y comprometido con su trabajo. Me pregunté muchas cosas, empezando, se puede ser médico en hospital público tantos años, ver tantas cosas, y de pronto votar  un partido que dice (y cito textual) "para nosotros el mejor sistema de salud es aquel en el que el usuario paga por sus servicios" ¿Entonces si un niño tiene padres que no pueden pagar por el servicio, en ese caso, es correcto que el niño muera? ¿Es eso lo que está bien? Trato de entender doctor, porqué elegir y celebrar eso. Y también me imagino su respuesta. Me dirá que los que estaban eran corruptos, y tiene toda la razón, que eran inmorales, y recuerdo las fotos del intendente en un yate cuyo alquiler diario paga 30 sueldos, y digo tiene razón doctor. Y me va a decir que usted vio morir nenes por que el hospital no tenía insumos, porque los afanaron estos caraduras, y tiene razón doctor. No soy necia, a mi también me da vergüenza ver como un diputado anda chupando teta a la novia, mientras delibera la cámara y cobra fortuna. Con la nuestra, además ¿Pero era necesario que perdiéramos todo para castigarlos a ellos? ¿No teníamos que juzgarlos y castigarlos a ellos?

¡Hablando de la furia que es mala consejera! Se nota que es mala consejera para sacar palabras, y también para ir a votar. La emoción te aleja de lo que está sucediendo en el presente, es cierto, te hace tomar malas decisiones, porque no estás pensando, sino sintiendo.

Salí a correr un rato, a ver si me calmaba un poco a ver si veía las cosas mejor un poco mas tarde. Me sirvió. Pensé mucho en el asunto hasta que llegué a una sola conclusión. El jueves estaba preocupada por si Milei llegaba a ganar la elección, y ese momento llegó igual el domingo. No pude hacer nada por que ese momento inevitable llegara y cuando fue el domingo a la noche, ya estaba agotada de tanto pensar. Ahora pensé en tantas cosas horribles que puede hacer esta gente con nuestro país, hasta que dije "basta, hasta acá", nada de lo que piense de antemano va a evitar que ellos lo hagan. Me imaginé como 20 cosas, y quizá solo pasen 5 y otras tantas que inventen en el medio, pero pensarlas, maquinar mi cabeza con eso, no va a evitar que eso suceda. Y me va a encontrar agotada, enferma de preocupación. Cuando tengamos que hacer frente, vamos a necesitar esa fuerza que perdimos sobrepensando.



sábado, 18 de noviembre de 2023

#MedamiedoMilei

Acá estoy solo tratando de describir el estado actual de cosas. Muy nerviosa, muy preocupada así que pido de antemano disculpas por las desprolijidades que voy a cometer. Escribo porque todavía no me decidí a salir a correr, está demasiado soleado quizá. Escribo porque quiero soltar un rato ese rectángulo de nerviosismo con la pantalla medio quebrada. El celular no me deja y, contrario a lo que sucede otras veces, no me calma, no me distrae, sino que me pone mas en el tema que hace días me tiene apretando los dientes mientras duermo o apenas me distraigo.

Ya el jueves al medio día pensé "Que nerviosa me siento". No me había dado cuenta hasta que mi corazón empezó a acelerar, y respiraba rápido, y de pronto no di mas y lloré un rato. Después hice lo que nunca, me compré un mantecol y me comí la mitad. Un poco bajó mi ansiedad quedó como aplacada por un rato. El viernes volví a comer muy mal, y a la noche me fui a acostar un dolor de estómago insoportable.

Siento que no doy mas, mi cabeza está en el futuro completamente, trato de decirle "basta". Lo que tenga que llegar va a llegar igual, lo que tenga que afrontar, lo voy a tener que afrontar y no vale la pena estar pensando de antemano en que va a pasar.

Es una situación que me excede, me enciende, y me saca toda la energía para hacer otras cosas. Me agota, me identifico agotada, mental y físicamente. Si alrededor pasa algo mas que el silencio absoluto, ya enseguida me siento demandada, pero porque mi cerebro está completamente tomado por estos pensamientos.

Como si pudiera, con el solo hecho de pensar en eso, cambiar algo de la situación futura. No estoy acá en este momento. Pienso en el lunes o el martes, pienso en diciembre y aún así, no puedo planear ni decidir. Me quedé paralizada.

Y no es que sea una fanática de la política. No, al contrario ningún partido me saca el sueño, no tengo una preferencia, a veces escucho algunos referentes y pienso igual o diferente, no importa realmente. No me caso con los políticos, pero sí tengo mis ideas políticas claras.

Y no es que mi trabajo vaya a cambiar si gana uno u otro, o acaso mi situación económica. No veo relación directa con lo que pueda llegar a convenirme económicamente. Pero me preocupa el entorno. Claramente no se puede vivir feliz plenamente cuando todo alrededor es tristeza, miseria y caos.

Y voy hacia el ejemplo contrario, un momento lindo y pleno del año pasado cuando Argentina ganó el mundial. Fue gratificante salir y ver la gente feliz en la calle. No era solo por la enorme multitud cantando, extasiados de felicidad, festejando sin parar. Era ir al super a comprar y ver a todos con una sonrisa, la gente en la fila amable, la gente feliz es mejor gente. Daban su turno al otro, cedían el asiento, hablaban con respeto y alegría, y eso me hacía bien también. Era una retroalimentación de felicidad continua. Es decir, que mas allá de mi situación económica y laboral, pienso también en el resto, en los que comparten la sociedad conmigo, y sé que en última instancia eso es también pensar otra vez en mí.

Porque no hay mejor felicidad, que la felicidad compartida.

Sé que hay gente que tampoco le interesa estar mejor, que hacen esto para que otro no esté bien, para alzarse sobre los demás y solo así alcanzan la felicidad, mostrando lo que ellos tienen y otros no, pero realmente no me importan mucho, me da lástima por ellos en realidad. Me apena que no puedan disfrutar de la plena felicidad colectiva.

Necesito sentirme un poco mas relajada hoy, claramente. Quiero estar como los resignados, o como los que les da los mismo. Pero no puedo, hubiera preferido cualquier otros escenario final en vez de este escenario final que tendremos mañana.

Y me viene a la cabeza, hoy ya varias veces, ese capítulo final de 1984, cuando Winston Smith está en el bar mirando las noticias  la policía del pensamiento le lavó la cabeza, arrebatándole completamente la voluntad y el deseo por disfrutar. Smith se siente nervioso, ya no recuerdo porqué, y sus emociones pertenecen al gran hermano.

No quiero estar así, porque siendo honesta ni uno ni otro es la panacea de la política, y nadie nos va a salvar de las dificultades que se vendrán en el 2024 ¡Lo sé! Pero sucede que uno de los candidatos pisotea permanentemente los valores mas básicos de la democracia y la vida en sociedad. Ni quiero hablar de él, porque ya me asquea, y pienso permanentemente "no puede pasar", me pone muy mal pensar que este hombre presida mi Argentina. En todos los años que llevo votando y viviendo en este país, solo una vez me sentí así de nerviosa y angustiada por mi patria. Era mediados de Diciembre del 2001.

jueves, 20 de julio de 2023

Todo normal por acá

 Anoche tuve una pesadilla horrible con el gato. Hace casi 4 años tenemos gato y mis hijas me cargan con que la relación que tengo con él es tóxica. Sucede que el gato me muerde y rasguña bastante a menudo y yo lo sigo queriendo y cuidando. Aunque obvio que no me gusta que haga eso, y me gustaría que fuera menos traicionero, y cariñoso como otros gatos, también reconozco que es un animal. Un animal con un comportamiento incomprensible para mi, pero de alguna manera acepto que es un animal.

Me desperté toda adolorida y hecha un bollito de llorar en el sueño.

En él, estaba el gato en un pasillo de un piso alto, y se subía a la baranda, de alguna manera yo lo espantaba y el gato perdía el equilibrio en la baranda. Se sostenía unos segundos y luego caía como en cámara lenta. Caía girando el eje de su cuerpo y golpeaba contra las barandas de los pisos de abajo varias veces por el costado, hasta que llegaba a caer en la escalera de unos pisos mas abajo.

Yo corría a buscarlo, y por alguna razón sabía exactamente la fecha en la que esto pasaba 31 de abril

¿y porque sabía?

Porque en ese momento aparecía una amiga mia que no veo hace muchos años, y que yo abrazaba y le decía ¿Por estos días no es tu cumpleaños? Y ella me miraba como "vos siempre esa colgada de los cumpleaños" ¿Es hoy? le decía. Y después le pedía disculpas porque iba a rescatar al gato, y me iba.

Ni sé como llevaba al gato en una mantita cubierto y llegábamos con mi hija menor al veterinario.

Pero no se podía pasar, porque había una fiesta y todos estaban bailando, y yo desesperada con el gato, que aún vivía, pero no me dejaban pasar.

En el camino el gato vomitaba algo que había comido que parecía salmón, aunque nunca come salmón, ni nada diferente de su alimento balanceado, porque cada vez que le he dado algo diferente me arriesgo a que se descomponga.

Lo apoyaba en un almohadón, y unos mozos nos traían un helado del catering, y el gato caminaba a chupar el helado.

Porque antes muerto que hambriento.

Y yo pensaba, quizá lo dejo porque es lo ultimo que va a comer.

Lograba llevarlo llorando hasta una ventanilla de la veterinaria y le explicaba que era urgente, que mi gato se moría. Juro que me dolía el cuerpo de llorar.

Y cuando lo miraba al gato, era como pedacitos de helado con forma de gato, pero de alguna forma sabía que era el gato.

Y la chica de la ventanilla de la veterinaria e preguntaba ¿Está vivo todavía?

Y yo le decía ¡por supuesto que está vivo! es que le saqué la piel.

Bueno... como verán todo muy normal en el mundo onírico. Un gato que se cae, agoniza, le saco la piel, hay una fiesta en la veterinaria, y 31 de abril. Si no hago algo con esto como jugarlo en la lotería no sé que haría ¿Llevarlo a anlálisis? Eso lo haría aburrido.

sábado, 15 de julio de 2023

Nuevas oportunidades creativas

En este día de julio del 2023 estoy particularmente contenta. Me tomé unos días (4) de vacaciones y hoy volví a trabajar. Un viernes para acomodar la casilla de emails y atender temas urgentes del trabajo, pero lo que me gustó es tomarme unos días para seguir con mi proyecto de escritura. Desde marzo volví a esto que siempre me gustó hacer y estaba tan trabado y olvidado. Me doy cuenta que me hace bien en algún punto tener momentos para escribir, y hacerlo desde la fluidez y no el "genio literario". Es mas terapéutico. La idea comenzó a ser escribir lo que saliera, escribir para escribir para expresar, para plasmar una idea, y no para que sea "genial" "espectacular" o el "libro del año". Ahora escribo para mi, porque me hace bien y no para producir ningún efecto en nada.

Siempre me pasó con la escritura que sentía que se me ocurría una muy buena idea, y con los días, esa idea me empezaba a sonar mala, pésima, hasta horrible y ridícula, y ahí moría para siempre. Sin embargo, en marzo empecé un curso con Kari Wain, por una publicación que me apareció en instagram. Todavía pienso que alguno de mis contactos me la recomendó, pero no logro detectar quién. Quizá fue el algoritmo de instagram. Y me doy cuenta que esto es lo que venía necesitado, algo que haga fluir la idea en la pantalla de la compu (o el papel), y dejar salir de mi cabeza las partes geniales de la historia, sin importar si tropiezo con cosas tontas o una redacción horrible, porque después va a haber tiempo para corregir, para usar otras técnicas de corrección. No juzgar un texto que aún no está escrito me permite sacar las partes buenas de mi cabeza. Ayer escribí: No debo juzgar un texto que aún no nació.

Otra cosa que me doy cuenta es que no es lo mismo narrar una idea que tenerla trabada en la cabeza. Escribo con la idea de que las primeras oraciones deben ser una entrada en calor, una preparación, y luego sale lo bueno y volvemos para corregir lo que no está tan bueno. Estoy feliz, es la primera vez que fluye y no para de fluir, y al escribir se me ocurren cosas mejores, únicas, y que cada vez me gustan mas.

Me pasaba cuando escribía que a veces era solo una oración, la borraba, la volvía a escribir y no iba para ningún lado. Ahora, que estoy sacando una historia de mi cabeza, me empecé a enamorar de mis personajes, a angustiar por sus conflictos, a tratar de entender sus motivaciones, es realmente hermoso el proceso que no sucede hasta que uno comienza y sigue, y sigue.

No sé en que va a terminar, por ahora en que me hace bien y me tiene contenta y escribiendo. Luego veremos que sucede, veremos si mi libro ve algún día la luz.

Aprovechen los cursos de Kari, pueden empezar por un curso gratuito y después ir viendo. Vale la pena.

lunes, 10 de julio de 2023

Ser feliz era esto

 

Mi compañera de running y trial, Paula me recomendó un libro en estos días, también me lo prestó. Durante nuestro viaje a Ushuaia descubrimos que además del gusto por correr compartíamos la pasión por la lectura. Cuando fuimos a entrenar el miércoles  en una vuelta a la pista me dijo que se había acordado de traerme el libro. Y ya lo terminé en tan pocos días.
Es un libro hermoso y simple como me prometió. Me encantó la narrativa, sin complicaciones a la hora de elegir palabras y tratar de trasmitir experiencias e imágenes visuales, pero sobre todo sentimientos complejos. Me parece que Eduardo Sacheri es como el Federer de la literatura, uno lo lee y parece que escribir es muy fácil porque en todo el libro no hay ni una palabra complicada, pero puede trasmitir sin problemas un par de personalidades complejas, una historia que puede ser verdadera tranquilamente.
Lo que me fue haciendo ruido es un poco la historia de Fabiana, medio cliché de mina mala, madrastra manipuladora del pobre tipo al que hace infeliz. Pero después me acordé de un par de minas que son un poco así, de hacerse las buenas con las hijas y después armar quilombos porque no las aguantan. En el caso de Fabiana, hay que decir que cuando ella se puso con el tipo no sabía que tenía una hija. Que de hecho, la hija la tuvo cuando estaba con ella, aunque medio habían cortado. Y aún así Fabiana trata de acomodar su vida, aún cuando ni trata de ser madrastra, porque todo lo que decía Fabiana sobre Sofía se lo contradecía, ya sea cuando sugirió las clases particulares por ejemplo.
En cambio, las minas que conozco que son así de malas con los tipos que tienen hijas, ya sabían que eso era así cuando se pusieron a salir con sus parejas. Ya sabían que venía el combo hombre-hija, y en ese caso no tienen ningún derecho de molestar ni protestar y mucho menos ser yegua con las hijas.
Igual no voy a defender a Fabiana pero me encantó el libro y la recomendación de mi amiga, espero que el miércoles se acuerde de traerme la siguiente recomendación. Me recomendó libros de Hernán Casciari, me dijo que ella y el marido lo aman así que tengo grandes expectativas, y ya estoy cruzando los dedos para que el miércoles se acuerde.

sábado, 8 de julio de 2023

Miedos

Me desperté con los músculos estrechos y adoloridos de abrazarme a mi misma toda la noche. Ahora pienso que nunca tuve miedo a la soledad, la soledad no duele. A lo que en realidad siempre le tuve miedo fue al abandono, al alejamiento a sentirme desilusionada, menos y apartada.

A la soledad no.

sábado, 17 de junio de 2023

Un viaje a Stravagantia


Cuando con Viki descubrimos a Laura Gallego, hicimos un alto consumo de todos sus libros e historias. Creo que en un año leí cerca de 12 o 13 libros de la autora. Nos encantaban y los devoramos. Obviamente Viki leyó mas que yo. Para mi, Guardianes de la Ciudadela, es la mejor trilogía, la cumbre de su carrera. Me pareció que había tocado su techo. Es una autora que todos los años saca un libro, lo que me parece a mi entender algo muy exigente para una escritora, pero se ve que ella se organiza muy bien, porque comenta que escribe de 8 a 17 y es muy organizada.

Hace un año leí El ciclo del Eterno Emperador, y si bien me gustó, me pasó algo curioso con el libro, todo el tiempo tenía la sensación que sabía lo que iba a pasar, me parecía muy obvio que era lo siguiente y por lo tanto no me produjo sorpresa. Pensé que quizá ya había agotado mi ciclo de lectura con Laura Gallego, aunque es inevitable que cada nuevo libro me produzca curiosidad.

Esta semana terminé de leer Stravagantia, para ver si era un libro que pudiera leer Isabella de 9, o podía llegar a tener alguna escena violenta o poco recomendada para ella. Al principio me pareció un libro medio bobo, y también pensé ¿Qué esperaba? Pero después se va poniendo lindo, interesante. Caminamos por los caminos de Stravagantia con Berk y Virginia, este mundo en el que solo se sobrevive si se siguen las reglas que desconocemos a priori. La emocionalidad va en aumento y aparecen elementos interesantes en la narración, como las descripciones simples, sin palabras complejas, sin extensiones innecesarias, pero precisas. Realmente si cerrabas los ojos podías ver una imagen completa del lugar y de los personajes.

Hay también un rememorar Memorias de Idhún. Creo que Laura extraña un poco Idhún, así como el mundo creado por Erik, al parecer los autores también quieren volver a esos mundos imaginarios donde pusieron todo. Stravagantia no es Idhún, pero me imagino qué cosas que eran para Idhún quedaron relegados para Stravagantia, como sus dioses, sus inicios y sus reglas. Cosas que no eran compatibles con Idhún, cayeron como plato volador en este nuevo mundo creado por Laura.

Los dioses en este mundo, son indiferentes al sufrimiento de los seres que habitan Stravagantia, y también hasta crueles, un poco como sucede in Idhún, donde al final el dios mas malo, es el que termina dando el pecho por sus criaturas que ha creado.

Me gustó el viaje por esta nueva tierra, aunque me irritó un poco Virginia. Ahora Isabella está leyendo Stravagantia y me hace comentarios sobre Virginia, y tiene razón. No solo a mi me irrita Virginia, a ella también, aunque va para adelante eso no puede negarse la poca consideración que tiene con Berk. Para Isabella es el primer libro que lee de Laura Gallego y parece estarlo disfrutando mucho.

Así que ya saben, si quieren leer con sus hijos un libro ameno, agradable que deja una bella sensación, este libro es recomendable.

Y ahora ojo con los Spoilers...


La verdad que de las primeras cosas que pensé es que Berk era Erik, por un motivo en particular y es que el nombre tenía el mismo largo, y solo había un cambio de orden en las letras y de un par de consonantes. Me pareció una pista que no podía ser por casualidad, pero luego pensaba en todo lo que Berk conoce Stravagantia, lo cotidiano que le es ese espacio y descarté la idea. Claramente Berk era de ahí, y estaba en lo cierto, pero había algo de sorpresa. Luego está esta idea de Erik de irse del mundo, y su trato con los hermanos de los imposible. Laura no ahondó allí, porque creo que quiso dejarlo como un libro para niños, simple fue definitivamente una decisión.

sábado, 20 de mayo de 2023

Ese día que nos casamos

El día que nos casamos el frío había congelado el pasto y las baldosas. Los nervios y el frío son a veces parecidos, hacen temblar el cuerpo. Recuerdo muchos momentos comunes, de emociones comunes a cualquier ser humano que se casa con la persona que ama. La esperanza era uno de los sentimientos predominantes, y ya quería que estuviéramos solos los tres, vos y yo, y la vida que crecía adentro mío. Cuando salimos del civil y fuimos a casa de tus padres, mientras todos se preparaban para sentarse  y comer subimos al segundo piso, y tuve una emoción más grande y fuerte. Era una emoción sobrehumana. Era la emoción de una etapa dolorosa que se cerraba, de recuperación y de finalización de todo lo malo de lo que había pasado en mi vida, de las dificultades  que había pasado, de soledad. Era resiliencia y triunfo. Ya éramos dos, y pronto seríamos tres. No era por el solo hecho de casarnos, era porque si eso posible significaba que ya estaba sanada.

Se fueron el frío y los nervios, y en cambio llegó el calor de un abrazo entre nosotros, y las lágrimas me llenaron los ojos. Sentí que no importaba lo que pasara nunca mas iba a sentir esa soledad, porque todo lo que había impedido la felicidad se estaba terminando, y el nombre de nuestra hija era Victoria.

martes, 9 de mayo de 2023

Donde aprendemos sobre el amor

Esta semana terminé de leer "Golpéate el corazón" de Amelie Nothomb. Me gustó en líneas generales. Hubo momentos reales y sentidos, pero también cosas que me hicieron ruido y no me gustaron tanto. Creo que no pude evitar pensar que nadie recuerda la primera infancia, que esos años de vida tan importantes son una construcción de lo que nos van contando, retazos que juntamos de relatos de nuestros familiares. Sin embargo, en el libro la protagonista parece siempre tener una mirada y comprensión adulta del entorno, aún siendo bebé o niña. 

Me llevó a la pregunta de si el amor maternal es el mas imprescindible de todos, la experiencia amorosa mas completa y necesaria del ser humano, si inclusive cuando es tóxica y dañina es mejor que otra clase de amor. O mas intenso, y entonces no importa quien nos dé amor, porque nada se comparará jamás con un abrazo de mamá. Me pregunto, si esto luego condiciona para siempre la búsqueda de lo mismo, y si, porque este amor fue malo y tóxico solo encontraremos lo mismo durante toda nuestra vida. También me pregunto si se puede sanar al convertirse en madre, aunque sea una tutora, una mujer sin el título oficial de madre de alguien. Encontrar por la vida una hija necesitada de ese amor maternal, y completar así el círculo que sanaría a la madre tóxica. Pienso que dar amor sana, sin duda. Ser madre, sin embargo no sana, solo sana ser consciente de lo que nos hizo mal y no dar lo mismo.

Recordé un sueño que tuve cuando nació mi primera hija, de ya 15 años, pero tan intenso que aún recuerdo los detalles. Les estaba dando una mamadera, la leche era materna y descongelada del freezer, y de pronto, cuando estaba llegando al final, le veía unos gusanos, pero no me daba tiempo de arrebatarle la mamadera y veía como se tragaba esos gusanos ¡Como trabaja el inconsciente que me trae esos recuerdos justo ahora! Y solo ahora lo entiendo.

Muchas preguntas, algunas de ellas movilizadoras. Mas ahora que ya llevo mas de un mes sin hablar con mi mamá,  y años sin llevarnos bien. En algún momento creo que funcionó, nuestra relación fue buena, aunque no estoy segura si funcional. Salí al mundo muy temprano como adulta, ella también necesitó ser adulta, eso se lo reconozco. Ella se convirtió en madre sin quererlo quizá y yo me convertí en su madre cuando era aún una niña. El primer recuerdo de adultez que me viene a la mente fue una tarde en la que me estaba retando, y seguramente yo no estaría respondiendo como ella esperaba, me dijo que se iba a ir. Yo le dije que se fuera, y sin pausa ni mas palabras, agarró sus cosas y se fue.

Me quedé enojada. Recuerdo el enojo y luego el poner las cosas sobre la balanza, y pensar no quiero que se vaya ¡Vayan a buscarla! En ese momento yo también vivía con mis tías, que tendrían20-21 años como máximo. Salieron a buscarla, y cuando la trajeron me dijeron que la habían encontrado en la parada de colectivo a punto de irse. Yo tenía 7 años, lo creí todo por supuesto. De allí en adelante, la técnica les funcionó perfecto, varias veces. En sí diría que fue la base de mi educación. Hay educadores que pegan, educadores que castigan, educadores que hablan, y curiosamente yo crecí pensando que mi madre era de los que hablaban porque rara vez nos levantaba la mano o la voz. Y a mí ni se pasaba por la cabeza desobedecerla, o mentirle. Desobedecerla, me costó mucho y hasta hoy siento que esta entrada es un justificativo de todo mi enojo aunque ya no haya nada que justificar. Hice todo lo que quiso, fui a una buena hija y aún así, siento que agarró sus cosas y se fue.

Nuestra relación nunca tuvo límites claros, ni mucho menos roles claros. Así como a los 7 años yo tenía el  poder en casa de echar a mi madre, o decidir el destino de la familia, también podía hacer que mi madre se enferme. Eso nos los dejaba siempre claro, se portan mal y después yo me enfermo. Y mi mamá cumplía. A ella no le agarraba una gripecita de unos días en cama ¡no! ella terminaba dos semanas en terapia intensiva, o 6 meses internada, y luego siempre nos recordaba que debíamos portarnos bien o iba a volver a suceder. Y no creo que fuera su culpa tener la salud frágil, ni que lo hiciera a propósito, pero el problema era después hacernos creer que eso era así, que todo eso que había pasado era nuestra culpa, y teníamos un poder de decisión y ¡un poder tremendo! Mi mamá no era la única que lo decía. Un día también mi abuelo cargado de impotencia nos lo recriminó. Estábamos peleando con mi hermana cuando cansado y furioso nos  dijo que mamá estaba enferma por nuestra culpa y nuestras peleas.

Yo entiendo que las personas no tienen una preparación para hablar con niños, ni tacto para contener niños. Hay cosas que no se enseñan en ninguna parte. Y honestamente ya todo eso ya quedó atrás. Yo entiendo que son errores que en su momento dejaron heridas e influyeron en muchas cosas, pero ahora luego de años y de hacerlo consiente y poderlo ver, puedo cambiar el dolor en aprendizaje y sobre todas las cosas no cometer los mismos errores en generaciones venideras.

Los niños son niños, no piden venir, no son culpables de nada y no tienen ningún poder de decisión que haga que la familia tambalee o cambie el rumbo.

Hay días que me siento triste. Triste de pensar en la relación que fue por momentos, y en las cosas que pasamos. Pienso que hubo amor del bueno por momentos. Y luego mucho amor del malo, del tóxico, del hacerse daño y las recriminaciones y pases de factura. Sé que no debería llamarlo amor, pero ¿Dónde aprendemos sobre el amor? El amor es a veces como un dolor punzante, de una uña que se agarra porque no te quiere soltar. O abrazo demasiado fuerte. Un cuerpo caliente un día de verano. Demasiado cerca. Respira y se acaba todo el aire y te deja sin nada para respirar.

Pienso que ella está tan enferma que me duele verla así. Y eso es amor que duele. Pensé que era eso. Pero no. Fue siempre así y solo ahora lo veo, nunca hubo un límite, nunca dejamos de ser la misma persona, una unidad. Por eso jamás creí que hubiera conflictos que no pudiéramos resolver. Que si había conflictos y sufrimiento, igual íbamos a seguir adelante sin importar el daño que nos hiciera.

No se puede elegir el amor que recibimos, pero a la larga, sí el que damos.

¡Ah! De paso, no me gustó tanto el libro la verdad.

jueves, 4 de mayo de 2023

Que la fuerza los acompañe

Solo eso, antes que termine este día...


Esto es muy nerd, y para nerds.


 Eso...


Hace muchos años, en una tierra muy muy lejana ;-)

martes, 18 de abril de 2023

Aventura en el fin del mundo, parte dos

 Me desperté cuando Paula movió una bolsa en el living. Me había costado dormir después de la excitación vivida el día anterior. La luz llenaba toda la habitación como si fuera el medio día, enseguida sentí el latido fuerte de mi corazón y el nerviosismo se apoderó de todo mi cuerpo. Tantié la mesita de luz en busca del celular, aún no eran las 7am, era muy temprano, pero igual salté de mi cama, ya sobresaltada. Las maderas crujieron, la cabaña sonaba con cada uno de nuestros movimientos. Me vestí rápidamente, me desvestí de nuevo, cuando recordé que abajo de todo iba la remera térmica y luego lo demás. Respiré. El día había llegado, estaba en Ushuaia y la carrera comenzaría en dos horas.

Tomamos un desayuno rápido con Paula, lo habitual, nada debía ser nuevo, ninguna rutina debía cambiar. Los días de la carrera nada se prueba, dicen los que saben. Pronto descubriríamos que eso solo aplica para las seguras y monótonas carrera de calle, la montaña tiene sus propias reglas.

Decidimos llegar a la carrera caminando, y corriendo un poco. Estábamos solo a 2 km de la salida, y lo aprovecharíamos para entrar en calor. Salimos de la cabaña, y el frío nos envolvió de inmediato en el bosque algunos rayos del sol se colaban pero no llegaban a calentarnos. Arrancamos despacio, la subida por la carretera en zigzag, nos sirvió para calentar las piernas. Pronto comenzamos a cruzarnos con corredores que iban y venían. Cada vez mas caras sonrientes, algunos se animaban a las calzas cortas a pesar del frío. El día era soleado y sin viento, un día ideal. Ya de lejos escuchábamos la música de la organización y un hombre que hablaba por el altoparlante. Voy a confesar que no me gusta la música en las carreras, los ruidos fuertes a la mañana me pone nerviosa como los gritos, y en un entorno natural no le encuentro sentido. Debo ser la única persona a la que le pasa esto.

Pasamos rápido a los baños y la carrera comenzó. Así sin ningún tiempo para acomodarnos, habíamos llegado justo y quedamos últimas en la largada.



Una cosa que siempre me llama la atención de las carreras es el ruido del principio, seguido por ese silencio absoluto en el primer kilómetro. Comenzamos los primeros kilómetros con una subida suave, pero constante por la carretera por la que veníamos subiendo desde donde estábamos alojadas. Ya nadie hablaba, con los primeros ahogos, solo se escuchaban los pasitos de la multitud y algunos suspiros ahogados. La carretera terminó en un bosque hacia una subida pronunciada muy ancha y llena de piedras. Por ambos costados se levantaba un bosque de árboles altos y mas arriba una montaña imponente nevada o con glaciares colgantes y piedras de un azul grisáceo oscuras. 



El camino en zigzag terminó en un finito caminito de piedras en una ladera, con un precipicio al costado. Solo habíamos subido unos kilómetros, pero ya estábamos bien arriba y el paisaje se había abierto entre la ladera de dos montañas. Cielo y tierra hasta el horizonte, y el mar con montañas, algunos barquitos perdidos en el océano. Lo sabía, no eran barquitos, sino enormes cruceros que se aventuran a la Antártida en esa época del año. Estando mas alto podíamos ver toda la bajada hasta donde comenzaba la ciudad abrazando el pie de la montaña, las casitas ya parecían de juguete. No soplaba casi nada de viento, y la temperatura era fría pero agradable para nuestro cuerpo. Me sentía con una energía infinita, muchas ganas de subir, muchas ganas de conocer que mas vendría después. Ya arriba y acabada la primer trepada, el aíre nos lleno los pulmones y pudimos comenzar a hablar, intercambiar algún aliento algún comentario. Paula pronto descubrió que su botella de agua era incómoda para tomar ya que debía sacarla de la mochila cada vez y volverla a meter así que decidimos compartir el agua de mi mochila tipo camel back. Luego la llenaríamos con la de ella. 

Dentro del bosque perdimos a la multitud. Por momentos estábamos corriendo solas por medio del bosque, por momentos nos encontrábamos con algunas personas. Charlamos con una chica de Ushuaia por algunos kilómetros, nos contó que estaba volviendo luego de estar parada unos meses. Nos aconsejó hacer regenerativo al otro día. Luego la pasamos y mas tarde la veríamos llegar a la meta. Solo cuando la carrera se volcaba sobre un camino ancho, o una subida pronunciada larga y vistosa podíamos tener real certeza de que no estábamos solas, y que éramos muchísimos corredores.



Pronto descubrimos que diferente son las carreas de calle, donde uno trata de no probar nada nuevo. Nos ponemos ropa que conocemos, calzado que conocemos, y vamos a una velocidad que estamos acostumbradas a correr, comemos y tomamos agua cada una cantidad exacta de kilómetros. Acá la regla que nos pusimos es tomar agua a cada rato, antes de que la boca estuviera seca. Como un reflejo de nuestros cuerpos, lo montaña imponía sus propias necesidades que atender. Debíamos estar todo el tiempo pendientes de lo que el cuerpo pedía.

El terreno es lo que me resultó complicado de la Ushuaia Trail race. Antes había participado de la k15 de Villa la Angostura, y este era mas complicado y traicionero. No había que que confiarse. Lo peor para mí, fueron las raíces patinosas que casi me cuestan un dedo. Iba bajando muy tranquila, cuando me patiné en una de ellas. Puse mis manos instintivamente, pero uno de mis dedos cayó sobre una rama sobresalida, y el dedo se fue todo para atrás. Aún no sé como no se me quebró y fue solo la impresión de lo que podría haber pasado.

Para mi el peor kilómetro fue el 9. El cuerpo estaba cansado, las piernas comenzaban a estar mas cargadas. El aire no me faltó nunca, ni en las subidas, en las que respiraba tranquila y constante.  Llegábamos a los puestos de hidratación, y lejos del consejo de comer solo lo conocido, nos comíamos y tomábamos todo lo disponible. Y parecía que nada alcanzaba como suficiente combustible que agregar a la carrocería. Las piernas quemaban mientras los kilómetros pasaban. Cambié el aire luego de una subida interminable. Delante nuestro una mujer se acostó en el suelo y toda tirada dijo "no doy mas". Enseguida vinieron las compañeras de grupo, o quizás otras corredoras y la levantaron. Una de ellas la retó y le dijo "Te levantás, si estás casada, descansá parada y caminando despacio, pero al piso no te tirás mas".

Las largas subidas, seguían a largas bajadas; y las largas bajadas, seguían largas subidas. Después de esa subida interminable, un espíritu de corredora se apoderó de mi. Me sentía liviana y fuerte. Me sentía toda una corredora y agarraba largos tramos a buena velocidad. 

Ya faltando muy poco todos nos decían "ya llegan, ya llegan", al costado del camino se apostaban personas que alentaban, quizá fans de las carreras de aventuras (de solo mirar), familiares o lugareños esperando a los punteros de los 60km ¡Si! aunque no lo crean hay gente que corría 30 y 60km ese día, y ¡sí! también me parece una locura, pero quién sabe, quizá algún día la locura me haga correr más kilómetros también.

Ya el final estaba realmente cerca, y no como todas las otras veces que nos habían dicho era mentira. Mis sentimientos eran encontrados, no quería que termine, pero por otro lado me sentía feliz porque las piernas y los brazos ya no daban mas. Del cuerpo se había utilizado todo combustible y pensamiento positivo y también cada músculo, y ya todo me dolía. Algunos punteros de los 30km nos pasaban como alambre caído. 

Y finalmente llegó. Otra vez escuchamos la música, el calor de los aplausos que no paraban y el hombre del micrófono que nos daba la bienvenida. Todo me hizo picar mas rápido cuando ya creía que no podía levantar las piernas. No podía parar de sonreir, creo que se me llenaron los ojos de felicidad y también de lágrimas. Cruzamos por el largo pasillo de la meta y nos abrazamos un rato. Finalmente este fin de semana emocionante tenía su segundo capítulo. Otro día en esta aventura para no olvidar



lunes, 10 de abril de 2023

Aventura en el fin del mundo primera parte

 


Ya les conté en esta entrada como llegué al fin del mundo, mas precisamente a, la que hasta hace unos años, era la ciudad mas austral del mundo, Ushuaia. Hace un tiempo los chilenos transformaron un pueblo en ciudad, y claramente está mas al sur y así Ushuaia perdió ese podio tan preciado por unos cuantos kilómetros y un puñado de habitantes. De alguna manera había que dejar claro lo especial del lugar, así es que ahora Ushuaia es solo la ciudad mas al sur de Argentina. Sin embargo, el perder un podio no le ha restado nada en absoluto, y esta era la primera vez que la visitaba en mi vida para participar en una carrera de montaña con una amiga. La Ushuaia Trail Race.

Después de la victoria de Argentina sobre Países Bajos, nos quedó una sensación de euforia extrema, sumado al hecho de que habíamos llegado bien a Ushuaia y solo quedaba acomodar las pocas cosas que cargábamos con nosotras y conocer el lugar. Después del último gol, salí de la cabañita al bosque. Estaba nerviosa y eufórica pero sobre todo feliz. Escuché entre los árboles el sonido de bocinazos y gritos de alegría a lo lejos. Las cabañitas de alrededor parecían de juguete, los árboles se perdían hacia el cielo. Hacía frío, y aire tenía ese olor a Patagonia, tierra, bosque y pureza, pero frio sobre todo a pesar de ya ser diciembre. Hacía solo unas horas estaba en Buenos Aires, con calor húmedo e infernal, y ahora estaba ya con la campera respirando ese aire que refrescaba la garganta y los pulmones. Amo el frío.

Inspeccioné el terreno, sobre el humus negro y blandito que pisaba había unos pequeños panales. Me acerqué a mirarlos ¿Qué serían? realmente parecía un panal pequeño y redondo medio naranja o amarillo. Estaba lleno por todos lados y antes de que yo imaginara que clase de insecto había fabricado ese panal, descubrimos que era un parásito de las plantas que se caía al suelo desde los árboles y comenzaba a degradarse dejando ese aspecto de panal. Era la primera vez que veía algo así, are la primera vez de muchas cosas. De estar lejos de casa sin la familia, de viajar con una amiga, de conocer ese lugar. Pero, aunque era mi segunda carrera en montaña, estaba nerviosa como la primera vez en Villa la Angostura.

Caminamos varias cuadras desde las cabañas al centro. Desde la ruta que bajaba en zigzag se podía ver casi toda la ciudad, los últimos cordones de la cordillera y el mar extendido hasta el horizonte. Nos quedamos un rato contemplando el enorme paisaje lleno de tonos de verdes, marrones y azules y continuamos la bajada. Todo el tiempo el silencio se veía interrumpido por los bocinazos de alegría, muy diferentes a los bocinazos furiosos y frustrados que habitualmente abundan en las ciudades. El tono, el ritmo, todo era diferente, las banderas celestes y blancas flameaban desde los autos, las caras explotaban felicidad. El ritmo se contagiaba entre los vehículos uno tras otro y aumentaba mi sentimiento de felicidad eufórica.

Hasta el centro caminamos treinta cuadras recorriendo ese paisaje tan diferente de nuestra ciudad. La arquitectura de casitas metálicas sobre las calles en bajada, cabañas de colores alegres, mayormente casitas de uno o dos pisos con sus techos de chapa a dos aguas. Y siempre decolores azul, amarillo naranja. No parecían ponerse de acuerdo para combinar. A los lejos, se animaba a a erigirse uno o dos edificios solitarios, que le hacían frente al viento que soplaba suave en ese momento. Los rayos del sol ya pegaban horizontal, aunque eran cerca de las 8 de la noche, parecían las 4 de la tarde. Había mucha luz, y el sol, aunque ténue y lejano no se decidía a desaparecer. No lo haría hasta cerca de la media noche, pero la agonía sería larga.

Llegamos a la expo para retiro de kits y la fila no superaba la veintena de corredores. Todos felices y amables, el ambiente cálido nos invitó a desabrigarnos rápidamente. Todas las miradas seguían nerviosas y felices por el triunfo de la selección, pero además ya se respiraba el aire de la carrera del otro día. Evento que la mayoría de nosotros habíamos planeado todo el año.


Regresamos a la cabaña caminando con Paula, y aún con el sol alto cocinamos entre las dos los fideos con tuco. Hicimos fideos para 5, y entre las dos los comimos sin que sobrara uno solo. El sur abre el apetito y las reservas se usarían al día siguiente.

Después de cenar hicimos unas pequeñas video llamadas donde nuestros compañeros nos mostraron que todo estaba bien en casa, los chicos todos felices por los planes que estaban armando con sus padres.

Sin mas nos fuimos a acostar temprano aún cuando el sol seguía batallando por no caer al borde del mundo.

sábado, 8 de abril de 2023

Después de todas las Olas


 

Anoche terminé de leer "Mas allá del Océano". Y si ya habías leído esta entrada en mi blog me resta decir que la lectura no me ha decepcionado para nada, me quedé encantada con esta obra y  comenzaré a recomendarla de ahora en más.

Finalmente la autora fue por el camino correcto sobre viajes en el tiempo con un simple pero poderoso mensaje de resiliencia. No podemos cambiar el pasado, solo podemos aceptarlo y reconocer sus cicatrices como oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Con personajes que mutan enriqueciendo la historia aportando momentos memorables, con la transformación del alma humana como fuerza tan poderosa como el océano mismo, la autora nos lleva a un puerto interesante. Los Dioses de una cultura basta y milenaria se presentan en la ausencia cotidiana y las tragedias mas extremas se transforman de números en historias de superación. El máximo de capacidad narrativa y descriptiva se hacen presentes durante el Tsunami, y casi podemos sentir la desesperación por falta de aire y el arrastre del océano implacable y sin piedad. Y hasta en ese momento donde todo es arrasado, la autora sabe colocar un momento de sanación y una oportunidad de cierre de historias. Y la mejor parte de esto, es que jamás se cae en lugares comunes ni golpes bajos que tanto fastidiarían. 

Terminé esta lectura pasada la media noche, y leyendo con una luz naranja y demasiado tenue y cansada, pero con una sonrisa en mis labios y muchos pensamientos en mi cabeza. Me gustaron las notas post obra, donde la autora hace aclaraciones, algunas de ellas que ya había investigado mientras me metía de lleno en la lectura de la obra. Por ejemplo ¿Dónde queda Miako? Lo ubiqué en algún lugar a un costado del rio Kitakami, traté de ver por google maps imágenes, pero no hubo caso. Entonces asumí que el pueblo había sido destruido y ya no figuraba en los mapas. Luego la autora aclaró que Miako era producto de su imaginación y coincidió en el lugar donde yo había localizado Miako en el mapa... Lo localicé en este lugar en el norte de Japón:

Miako, cerca Ishinomaki, un lugar muy nombrado en el libro y Sendai, lugar donde trabaja el padre de Nami hasta que es transferido.



Sé que a partir de hoy este libro se sumará a mis lecturas recomendadas y una vez mas se renueva mi deseo de conocer Japón.

martes, 4 de abril de 2023

Lectura en medio del Océano

 Después de mucho tiempo he vuelto a escribir, y también a leer. Estos años que abandoné mi blog, si he leído eventualmente algún libro aunque no haya escrito demasiado por acá. Ya les contaré de a poco ahora que he retomado la escritura.

Ahora estoy en medio de una buena lectura. Se llama "Después de Océano". Siempre quise hacer estas escrituras en medio de la lectura del libro para ir dejando mis impresiones, nunca lo hago, pero me parece interesante volver cuando termine mi lectura y descubrir como terminó ese proceso. Como si de una cápsula del tiempo se tratara. Por eso me gustan los libros largos, para recorrer el proceso y las páginas mientras transforma mi percepción de la historia.



La historia trata de una joven japonesa que era originaria de un pueblito que fue arrasado por el Tsunami del 2011. Ella y su familia (padre y hermano) justo tuvieron la fortuna de salir ilesos y sin pérdidas materiales, ya que la suerte (¿destino? ¿aviso mágico? ¿Magic girl?) quiso que se mudaran horas antes del tsunami. Si bien sintieron el terremoto muy fuete durante el viaje, ya se encontraban tierra adentro cuando las olas avanzaron sobre el pueblo y se llevaron a muchos de sus seres queridos y sus recuerdos con ellas.

Debo decir que me pareció muy bien ambientada la historia en Japón. No solo la descripción geográfica, la parte cultural está muy bien plasmada. Tuve que buscar varios términos, lugares y aprendí mucho sobre Japón. Mucho tiempo pensé que la autora era Japonesa, pero al parecer es española, y además no encontré su biografía como para que me indique si ha estado en Japón, pero realmente las costumbres están espacialmente bien plasmadas y te hace pensar que estas allí. Por momentos pareciera estar leyendo un manga y el espíritu animé baila entre las palabras con esos trajecitos que les hemos visto a las Sailor Moon, o las Magical girls para ser mas exacta.

Otra cosa que está bien plasmada es la exigencia impresa en la cultura japonesa como símbolo de excelencia, pero su vez desespera su tono de inhumana y robotizante. Recordé cuando leí a Amelie Nothomb en "Estupor y temblores" y como describe la vida en Japón. Esta situación de exigencia extrema el contraste de lo que sucede cuando alguien se sale de sus cabales y enloquece, eso está bien permitido y entendido que suceda así. Es decir, trabajan 40 horas por día, no duermen, no comen, no disfrutan de nada, y si alguien se queja un poco lo tachan de flojo, desaprueba y tira su vida a la basura, no es nadie. Pero si alguien enloquece completamente ¡bueno! ¿Qué esperaban? Eso es comprendido y nadie dice nada porque saben que les va a tocar en algún momento.

Y eso es otro asunto impactante. La gente con trastornos mentales, se queda así por años y quizá para siempre. Me lleva a pensar como es la relación de los japoneses con la salud mental, porque justamente el libro trata de Nami y su familia, que tienen claros signos de estrés postraumático y ninguna herramienta emocional para sanar o acompañarse. Con una adolescente con una fuerte fobia al agua, con un hermano encerrado en la habitación hace 3 años (un trastorno muy común entre jóvenes japoneses inclusive antes de la pandemia), un padre melancólico. Sin embargo, la preocupación máxima del padre de Nami, es el nivel académico que su hija va a alcanzar luego del instituto. Gran parte del libro pensé que Taiga era un fantasma que se había suicidado luego del cumpleaños de Nami, pero ahora ya creo que vive en su cuarto padeciendo una existencia triste.

Diría que Nami sufre de una severa esquizofrenia, sino pensara que el libro dará un giro sobrenatural y que la gente muerta que ve, es en realidad un recurso literario o un poder de la protagonista y no simple locura. Pienso en esto último porque los fantasmas que otrora atormentaban a Nami, ahora tienen un poder curativo y resolutivo de sus conflictos emocionales.

Y sobre hacia donde va a el libro, debo confesar que me da temor que vaya hacia "Your name", película que si no han visto, véanla, es buena peli. Me decepcionaría bastante que tomara ese rumbo, porque la idea de Your Name es original (hasta donde yo sé).

Otro temor que tengo es sobre los viajes en el tiempo. Sé que va a haber un viaje en el tiempo y la resolución del mismo es muy importante. Sobre este recurso veo que hay dos caminos, los voy a llamar, el camino de Dark, y el camino de Volver al futuro.

Esto se está volviendo muy nerd (lo sé).

El camino de Volver al Futuro es bueno para una peli pochoclera promedio y entretenida. Es la idea que si viajáramos al pasado podríamos modificar nuestro presente. Por ejemplo, hasta lograr que no existiéramos, en cuyo caso ¿Cómo viajaríamos al pasado para lograr que no existiéramos? ¿Podría Nami cambiar algo mas que el destino de algunos pocos?

Así que como una cápsula del tiempo voy a enterrar mis pensamientos sobre el libro que estoy leyendo, acá me encuentro en medio del océano, veremos si la resolución de la obra es excelente y realmente mi expectativa es que así sea. Solo espero que no caiga en la simple resolución con poderes mágicos y todos salvados porque si hay algo que esta obra debe mostrar es el camino de la aceptación y la resiliencia ante situaciones adversas. Y digamos las cosas claras, a veces aceptar las tragedias que han sucedido es aceptar las marcas irreversibles que nos han dejado y que nos cambiaron para apreciar y mejorar nuestra existencia y nuestra persona. Sin el paso del tiempo, no seríamos nada interesante. Así que le prenderé una velita al Santo de la literatura, y desenterraré esta lectura en el futuro.

lunes, 3 de abril de 2023

Vuelo loco

Estaba pronosticado lluvia, pero como últimamente sucede pasó de largo. Luego supe que la lluvia llegó por la noche, cuando ya no estábamos por allí. Hasta la hora en la que llegamos al aeropuerto el sol partía la tierra, el asfalto y las personas. No había volado en un tiempo, y como suele suceder, unas semanas antes del vuelo llegaron a mi toda clase de series y películas sobre catástrofes aéreas. Es malo Netflix. Me recomendó "Manifiesto", una serie en la que un avión con mas de 200 pasajeros desaparece y re-aparece cinco años después con total la tripulación intacta, incluyendo polizones. Mi compañera de viaje, Paula, me había comentado que volar le daba ansiedad. Comentario que pasé por alto, porque a mi ansiedad me dan muchas cosas, pero tarde descubrí que su ansiedad era en serio. Mal hecho. Lo que ella catalogaba como "ansiedad" era mas bien "claustrofobia", y se clavó un ansiolítico antes de que subiéramos al avión.
Conocí a Paula hace dos años, cuando empezamos a correr juntas. Nuestra amistad reciente terminó en un viaje que me hizo conocerla un poco mejor. 
Quise entrar al avión rápidamente, porque afuera sobre el asfalto el calor era sofocante. Me imaginé entrar al avión y disfrutar el aire acondicionado, pero Paula me suplicó que esperemos afuera todo lo posible. Así que me quedé debajo de la trompa del avión tratando que la sombrita nos proteja un poco del calor. No había tenido eso en cuenta antes. Acostumbrada a viajar con Diego y las nenas, ellos tienen otras cosas a las que ya estoy acostumbrada y ellos están acostumbrados a mis cosas. Pero viajar con una persona nueva a la que no conocía tanto implicaba también ir acostumbrándome a esas cosas de la cotidianidad.
No lo mencioné antes, pero el día del vuelo, no era cualquier día. Era 9 de diciembre de 2022. Tampoco la hora, era cualquier hora, sino que era 14:00. Si todavía no caíste en la fecha y la hora, te ayudo. Los Argentinos del vuelo estaban muertos de nervios y rogaron cualquier actualización futbolística al piloto. En la fantasía colectiva, el piloto estaría mirando los partidos en un led gigante en la cabina del avión, mientras el piloto automático haría todo el trabajo.
Los asientos eran de a tres, y el de la ventana estaba ocupado por un nervioso hincha Argentino. El hombre era pequeño, y no paraba de mirar el reloj. Hasta que el avión despegó miró el celular todo lo que pudo. Y luego canturreó (¿rezó?) todo el viaje. Se revolvía en el asiento. Sufría, quizá pensando vaya a saber qué cosa. a mi derecha Paula estaba muy tranquila. El ansiolítico había hecho su efecto, y había tenido la buena idea de descargar unas pelis en su celular. Vimos "Matrimillas" y conocimos el concepto de que con este viaje de amigas estábamos gastando matrimillas. Fue entretenida y nos hizo pensar en otras cosas diferentes a catástrofes aéreas, encerramientos y partidos e fútbol.
En mitad del vuelo, el llamador del piloto se encendió.
Suspenso.
"Brasil está eliminado de la copa del mundo por penales frente a Croacia". El avión se ahogó en exclamaciones, algunas de sorpresa, otras de evidente alegría. Hubo un par de "¡Vamos carajo!". La mitad del avión no entendía nada de lo que había pasado. La mitad de los pasajeros eran extranjeros. A Ushuaia no viajan muchos Argentinos.

Seguimos viaje y vinieron los dos goles. La felicidad y el miedo, porque faltaban los últimos minutos de partido y el piloto debía aterrizar. Nos advirtieron que el aterrizaje podría ser complicado en Ushuaia por la zona, pero nada pasó. Por un rato no sabríamos nada del partido y el avión se posó como un pajarito en la tierra.
Los hinchas habilitaron un par de celulares mientras que el avión estacionaba y abría la puerta. Algunos se agolparon como primitivos alrededor de los fuegos. Las caritas se iluminaban con ilusión y expectativa.
De pronto vino la mala noticia "Holanda metió un gol". Un par de retorcijones de panza, un zumbido de malestar general. Miedo.
Una sola cara se ilumina, y un puño se cierra en señal de victoria "biennn!" dice una cara entusiasta en medio de miradas asesinas y nerviosas ¿Algún holandés sin miedo de morir en el fin del mundo?

Las puertas del avión se abrieron y todos corrieron en el pasillo del aeropuerto hasta la siguiente meta-fueguito-televisión. Nunca había estado allí y ahora pienso que debería observar ese lugar increíble y desconocido. Pero en ese momento no lo pensé, me apresuré a tomar el equipaje como el resto.
Al partido le quedan diez minutos y Argentina gana 2 a 1.
Nos agolpamos nerviosos con otros hinchas que quedaron estancados en el aeropuerto en un bar. Las mesas abarrotadas, los pasillos abarrotaos. La respiración contenida.
Los extranjeros no entienden nada y piden un remís para ir a sus hoteles.
La mitad de los humanos nos quedamos allí mirando en una tele chiquita, unas doscientas personas.
Un último tiro libre y todo va a haber terminado. No queremos mirar y nos vamos al final del pasillo, ya muy nerviosas, al parecer el ansiolítico es bueno para los aviones, pero no hay nada efectivo contra los partidos del mundial, porque Paula está tan nerviosa como todos.
Un grito desesperado y confuso nos llega desde la zona del bar ¿Qué fue eso? ¿Era felicidad? ¿desesperación¿dolor? Las caras nos dicen todo, y decidimos tomar un remis lo antes posible y llegar a la cabaña antes que termine el partido.
La remisera va escuchando el partido en todo el trayecto. Maneja nerviosa y rápido por las callecitas curvilíneas y ascendentes de Ushuaia. Pareciera que hasta el auto siente los nervios. Lo primero que noto es el sol. El sol da muy diferente en Ushuaia. Hace frio, y por suerte tomé la precaución de abrigarme en el vuelo. Hemos llegado al invierno en solo unas horas.
Llegamos a las cabañas. Hay televisión pero no queremos prenderla. Estamos demasiado nerviosas.
Le pregunto a mi hija Victoria como vamos en la tanda de penales. Y ella me relata a la distancia... 
- 6:46 Linda, decime como va porque ni lo quiero mirar
-6:47 Van a penales
-6:47 Mierd
-6:48 Primero tiran ellos
-DIBU LA ATAJOOOOOO
-Ahora nosotros
-Gol?
-Messiiiiiii
La Metio
Si, gol!
-Bien
-DIBU ATAJO OTRA
- 6:50 Por favor contameeee
Me manda un audio...
- Y ahora va a tirar Peredes ¿Paredes? - silecio- GOLLLLL, GOLLLL
-Metieron ellos una.
- Vamos Dibu, Metemos una y listo?
- Si, creo que si. Ahora va a tirar Enzo.
-La tiró afuera
-Al estilo De Paul en la american
- Le metieron otra al Dibu
-Ahora tira Fideo
Salgo de la cabaña al bosque, porque estoy demasiado nerviosa. Escucho, y de pronto un rugido atraviesa los árboles. No sé que pasa. Trato de ver si tengo mensajes, pero la conexión no es del todo buena en el fin del mundo. Cuento mil latidos por segundo.
Y de pronto me llegan los mensajes.
-Tira Marinez
-GOLLLL
-PASAMOSSSSDS
Y en los audios le cuento que aunque estoy en medio del bosque, en un lugar alejado, escucho los gritos de felicidad y los bocinazos. Y así, en el fin del mundo, también se festejó la victoria ante Países Bajos.


Otro día les cuento que fui a hacer a Ushuaia, porque es para otro post.

domingo, 2 de abril de 2023

Ilusiones

Vivimos rodeados de ilusiones. A menudo, las ilusiones son mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Las ilusiones no nos permiten percibir la verdad. Para mi, la ilusión mas grande en este mundo, es pensar que tenemos tiempo.




sábado, 25 de marzo de 2023

Mañana alterada

Dormía cerca de la humana mas grande, a veces la que era su humana era su presa. El calor lo agobiaba y buscó el sector mas fresco de piso. La humana grande siempre con su cuerpo quieto y muy rígido, solo movía los brazos cerca de la computadora. De pronto se fue un rato y él se quedó solo con la humana pequeña. A veces ella también era su presa, pero esta vez no estaba de ánimo para cazar. Cuando estaba mas despierto, le gustaba estar con ella, porque las cosas se movían cerca de ella, a veces alguna soguita, alguna muñeca, alguna plumita cobraba vida y él se divertía tratando de cazarla. Todo era movimiento a su alrededor. En cambio la humana grande se movía poco. Sin embargo, él sabía como hacer mover a la humana grande. Cuando quería divertirse, la observaba fijo, la rodeaba y cuanto mas desprevenida y quieta estaba, saltaba sobre ella con sus garras y con un mordisco, ella pegaba un brinco y comenzaba a correrlo por todos lados. ¡Se divertían tanto juntos! Eso era muy entretenido, pero ahora hacía mucho calor para todo ese entretenimiento.

La humana grande regresó con otra pequeña. Las mas chiquitas se abrazaron y gritaron, y él se sintió muy asustado por todo ese alboroto. Se dio cuenta que debía escapar de allí. Recordó su refugio en lo alto y de un brinco subió a la mesa, pero antes que pudiera dar otro salto al refugio, unas manitos pequeñas lo agarraron y lo bajaron al piso. Antes que pudiera volver a saltar, unas manitos lo estaban acariciando por todos lados. Se sintió bien un rato pero también acalorado con esas pequeñas humanas encima. Además a una de ellas no la conocía y habría que ver que intenciones tenía. En cuanto vio que la humana grande se dirigía nuevamente a la pieza, logró huir de las manitos pequeñas y fue tras ella. Volvieron a lo de antes, él trataba de dormir cerca de ella. La pieza estallaba de luces del sol y calor. Las niñas charlaban y jugaban cerca, y él dormía pero mantenía la atención en los sonidos. Cuando los sonidos crecían, prestaba atención. La niña mas nueva no perdía oportunidad de tocarlo cada vez que pasaba. Pensó que debía enseñarle a no tocarlo y la siguiente vez le dio un mordisco. La mano se retiró rápidamente, pero volvió a acariciarlo del otro lado ¡Los humanos pequeños no aprendían fácilmente! Su dueña lo había visto morder, y le lanzo un gruñido de advertencia. Él se tensó, pero descartó la idea de volver a morder a la pequeña y se tuvo que dejar acariciar a pedido de la humana grande. Ya no podía dormir con esa criatura tocándolo ¿Cuánto soportaría la desconfianza que le producía? ¿Dónde iba a tocarlo? Por suerte la humana solo tocó lugares soportables, y no se fue hacia las patitas.

El momento duró demasiado, pero la pequeña se fue al fin y lo dejó en paz. Así se alteró su mañana, pensaba dormir en el lugar mas fresco de la casa y sin interrupciones, pero al final terminó tenso con mucho calor y alerta ante las manitos pequeñas.

lunes, 20 de marzo de 2023

Observación remake

Estoy en mi pieza tomando el tereré que me preparé con jugo Clight. El aires está cargado de humedad y calor, como un baño de vapor constante e ininterrumpidamente desde hace días. Extraño el mate, pero no me reconozco capaz de tomar algo caliente con esta temperarura. No me gusta el calor, sin una manera de refrescarme cerca, me siento mareada y con la piel mojada todo el tiempo. La piel de mis piernas se pega al cuero ecológico de la silla. De vez en cuando me muevo y la piel se estira y pellizca. Observo el pronóstico mientras le rezo nuevamente al servicio meteorológico.

El gato vino a echarse cerca de mi. Es peludito, y al menos tengo la suerte de que no es un gato faldero. Está cerca pero no encima. Empezó a mordisquear y chupar una bolsa, pero ya la dejó y se quedó dormido. A unos metros, en el living escucho a Isabella jugando con su amiga Sofi. Nunca trae amigas a casa, me pidieron jugar con la compu, y les dije que jueguen con muñecas y con juguetes. Protestaron un rato, pero ahora las escucho hablar, aunque no están jugando con muñecas, solo hablan despacito y no reconozco palabras. Una lluvia de piezas que caen me confirma que cedieron la idea de utilizar tecnología, y can a usar piezas y sus manos. Isabella parece estar contándole sobre el ajedrez electrónico que está roto y se lo muestra. La propuesta no-tecnológica es ajedrez.

Cerca de mí tengo mucho desorden, un papel enrollado que no sé como llegó ahí, el cargador de otra compu, la carpeta de Isabella sobre mi cama y la calza que me saqué mas temprano. No sé porque todo está tan fuera de su lugar. También la cartuchera de Isa está en el suelo, cerca del gato que continúa durmiendo inmutable. No le importan los ruidos de las nenas, aunque juegan bastante silenciosas ahora, al principio hicieron algo de ruido y huyó corriendo para la pieza, con su paso ligerito y la panza cerca del piso. Luego trajo la bolsa, seguramente esperando que yo juegue con él. Ahora que las nenas vinieron a interrumpir por un rato, él abrió sus ojos y los mantiene como una pequeña ranura, ya no se entrega nuevamente al sueño. Se endereza me mira, entrecierra sus ojos y vuelve a mirarme. Creo que si le sostengo la mirada va a venir a morderme.

De lejos escucho un lavarropa que centrifuga y algún ascensor. Ambas buenas señales. Señales de que tenemos luz luego de varios días de padecimiento.

Me llega un olor que reconozco, pero creo que no es posible en casa. Alguien debe haber encendido un espiral para matar mosquitos. Las nenas vienen y el olor se intensifica, se pusieron off porque vieron un mosquito y ese era el olor fuerte que sentía.

Hace calor, pero no tanto, lo puedo soportar. Estos días fueron de calores intensos y las promesas de lluvias pasaron de largo, como las nubes. El sol se refleja poderoso sobre las paredes del edificio y un gran reflejo me llega por la ventana.

Las nenas se ríen luego de una discusión en la que finalizó el Ajedrez rápida y abruptamente por la comida de la reina de Sofi.

Comienza de nuevo una discusión sobre el siguiente juego. Escucho mas lluvia de piezas, y dados. Propuestas refutadas y otras nuevas que me incluyen.

Siento el gusto ácido y metálico del tereré hecho con jugo artificial y demasiado edulcorante que comienza a molestar ya. No puedo seguir tomando, a pesar del calor bajo la persiana para evitar toda la luz de la resolana y la habitación se oscurece. Se terminó el tiempo libre, he sido invitada a una partida de TEG.

sábado, 18 de marzo de 2023

Observación

Estoy en mi pieza tomando el tereré que me preparé con jugo Clight. El gato vino a echarse cerca de mi. Empezó a mordisquear y chupar una bolsa, pero ya la dejó y se quedó dormido. A unos metros, en el living escucho a Isabella jugando con su amiga Sofi. Nunca trae amigas a casa, me pidieron jugar con la compu, y les dije que jueguen con muñecas y con juguetes. Protestaron un rato, pero ahora las escucho hablar, aunque no están jugando con muñecas, solo hablan despacito y no reconozco palabras. Escucho que caen unas piezas de un juego. Isabella parece estar contándole sobre el ajedrez electrónico que está roto y se lo muestra.

Cerca de mí tengo mucho desorden, un papel enrollado que no sé como llegó ahí, el cargador de otra compu, la carpeta de Isabella sobre mi cama y la calza que me saqué mas temprano. No sé porque todo está tan fuera de su lugar. También la cartuchera de Isa está en el suelo, cerca del gato que continúa durmiendo inmutable. No le importan los ruidos de las nenas, aunque juegan bastante silenciosas ahora, al principio hicieron bastante ruido y huyó corriendo para la pieza. Luego trajo la bolsa, seguramente esperando que yo juegue con él. Ahora que las nenas vinieron a interrumpir por un rato, él abrió sus ojos y los mantiene como una pequeña ranura, ya no se entrega nuevamente al sueño. Se endereza me mira, entrecierra sus ojos y vuelve a mirarme. Creo que si le sostengo la mirada va a venir a morderme.

De lejos escucho un lavarropa que centrifuga y algún ascensor. Ambas buenas señales. Señales de que tenemos luz luego de varios días de padecimiento.

Me llega un olor que reconozco, pero creo que no es posible en casa. Alguien debe haber encendido un espiral para matar mosquitos. Las nenas vienen y el olor se intensifica, se pusieron off porque vieron un mosquito. Ahora discuten por las reglas de ajedrez y tengo que intervenir. Al menos no están jugando con la computadora o mirando tele.

Hace calor, pero no tanto, lo puedo soportar. Estos días fueron de calores intensos y las promesas de lluvias pasaron de largo, como las nubes. El sol se refleja poderoso sobre las paredes del edificio y un gran reflejo me llega por la ventana.

Las nenas se ríen luego de una discusión en la que finalizó el Ajedrez rápida y abruptamente por la comida de la reina de Sofi.

Capsula del tiempo 2022

 El ejercicio de la cápsula del tiempo me encantó. Cambiaron algunas cosas desde el 2014... y luego del 2018! Y ahora en el 2022

... Voy a sacar lo menos interesante.


Esto escribía el 21de Julio del 2014:


-Hace una semana terminó el mundial de fútbol. Esta vez llegamos a la final, en una copa en la que Alemania fue la gran favorita, goleó a Brasil por 7 a 1 y nosotros jugamos un gran partido en el que perdimos en tiempo suplementario por un gol.
-Mascherano fue suceso, ídolo nacional. A Messi lo mataron, pobre pibe... Jugó muy bien, pero los Alemanes son robots creados para jugar fútbol. A mi me gustó que llegaran a la final.
-Los memes fueron furor en este mundial, mostrando una vez mas la inventiva y creatividad del ser humano.


Este 2018:
-En el mundial Argentina fue un desastre. Comenzamos empatando con ¡IS-LAN-DIA! Los memes y comentarios fueron sobre lo buenos que estaban los jugadores de Islandia. Y nada mas sobre el mundial. Dicen que todos vemos 20 mundiales en la vida, y este contó lamentablemente.

Este 2022
- ¡¡Fuimos campeones del MUNDOOOO!! Durante un par de semanas Argentina fue el lugar en la tierra con mas felicidad, la gente era amable y contenta en los lugares en común como el trasporte y los negocios, nadie se peleaba ni se iniciaban discusiones de tránsito e iban cantando al trabajo. Pero al parecer toda la magia negra utilizada y las promesas se nos han vuelto en contra. Igual felices, el 18 de diciembre fue un día feliz donde sufrimos como locos, y luego festejamos en la calle durante días. 


-Estoy levantada tan tarde porque estoy de licencia por maternidad, y mi sueño ha cambiado.

-Tenemos a Victoria, de 6 anios y a Isabella de 5 meses. Son las dos tan hermosas!


Este 2018:
-Los niños crecen mucho. Viki ya tiene 10, y se siguen cayendo sus dientes. Ayer se le cayó otro. Le sacamos una panorámica de los dientes y tiene todavía un montón abajo. No me acordaba que se me cayeran tantos dientes cuando yo era chica.

Este 2022:
Viki ya tiene 15 años. Le hicimos una fiesta hermosa. Esta grande y responsable, nos llevamos bárbaro ya que tiene un carácter hermoso. Ya está en tercer año del secundario, entró al colegio Nacional que es muy difícil entrar y permanecer, pero lo lleva bien.
Isabella tiene 9, está en cuarto grado. Es muy inteligente. Aprendió a leer rápidamente. Lee en voz alta mejor que muchos adultos y no le da vergüenza, le encanta leer. En dos meses se leyó toda la saga de Harry Potter y la entendió bárbaro. Le podés preguntar cualquier detalle y lo recuerda. Tiene gran capacidad de comprensión lectora, es claramente un don. En el resto de sus capacidades es normal, aunque a veces tiene un carácter fuerte, en general es alegre y colaboradora y muy imaginativa.
¡Tengo tanta suerte de tener estas hijas!


-Hace seis anios que trabajo para la misma empresa, y en dos semanas me reincorporo.
Este 2018: Ya van 10 años de trabajo para la misma empresa.
Este 2022: 15 años en la misma empresa



-No tenemos mascotas. Detesto limpiar caca de animales, aunque parece que a mis vecinos les importa poco, y siempre termino limpiando caca de perro ajeno de las zapatillas o el carrito.

Este 2018: Me da mucha risa este comentario del 2014. Porque sigo pensando igual y siempre lo digo. Isabella muere por tener un perro. Es mas, al ritmo de Frozen canta "siempre quise tener un perrooooo".

Este 2022: Adoptamos un gatito, su nombre es Xein y hace mucho lio. Lo tenemos desde el 2019. Lo que mas me gusta del gato es que hace sus necesidades en SU lugar, lo cubre, y solo de vez en cuando hay que limpiarlo. No hay que sacarlo pero es dependiente de nosotros. Está en la parte de la casa que estamos, siempre nos busca y si nos vamos de vacaciones después nos maúlla varios días sin parar. Pero no es gatito faldero, no le gusta que le estén encima ni que lo toquen y si no prestamos atención nos ataca de sorpresa.



-Mis hijas tienen a sus tres abuelos vivos, aunque con algunos machacos. Aclaro que a mi padre no lo cuento entre los abuelos.
Este 2018: En estos años falleció mi suegra y la extrañamos mucho. A veces vemos fotos e Isabella pregunta y pregunta. Le cuento, y Viki me escucha y llora. Fue un momento muy feo para todos, inesperado y nos dejó muy mal. Un día voy a escribir sobre la importancia de la donación de órganos al respecto de esto.




-Luego de pelear por 6 anios con mi mamá, este anio llegamos a un acuerdo y nos estamos peleando menos, quizá de a poco vamos recuperando una buena relación, aunque hay día que la quiero matar, ahora al menos le puedo decir cuanto la quiero.
Este 2018: Estamos muy peleadas con mi mamá. Es tremendo lo que me duele que discutamos tanto. Sobre todo porque ella no está nada bien de salud y pasamos momentos difíciles por ese tema. Siento que quisiera resolver, pero es muy difícil. También un día voy a escribir sobre la experiencia del verano, con rescate de bomberos y cortes de luz y todo lo que pasó con eso y mi mamá.
Este 2022: Me doy cuenta que nada cambió con mi mamá y que todo empeoró. Hace mas de un mes no hablo con ella y todo venía muy mal antes. Ya escribiré sobre todo eso...


-A fines del anio pasado fui tía por primera vez. Mi hermana me dio mi primer sobrino biológico. La maternidad la tiene totalmente brotada, jajaja. Es lindo compartir esto con ella, nuestros hijos se llevan solo 3 meses.
Este 2018: Mi hermana sigue brotada con la maternidad, pero menos ¡La quiero un montón! Y también discutimos, pero podemos matarnos y siempre nos vamos a amar desde lo mas profundo del corazón ¡Soy muy afortunada de tener esta hermana hermosa en mi vida!
Este 2022: Lo mejor que me dio mi madre, fue mi hermana.



-La inflación nos está matando, es la primera vez en mi vida que no sé el valor de un litro de leche. Voy al súper y me entero ahí de cuanto está ese día. La mayoría de las cosas aumenta todas las semanas. Estoy bastante preocupada por eso.
Este 2018: Si yo no sabía cuanto estaba un litro de leche en el 2014, ahora no sé lo que cuesta nada. La inflación está TERRIBLE. Un día también tengo que escribir sobre la situación política de estos años. La política nunca me interesó tanto. No milito para algún partido, de hecho el último presidente que voté y ganó las elecciones fue De La Rua, y se fue en helicóptero.
Este 2022: Es el peor momento de la inflación. Una locura. Entiendo que no pasamos años fáciles, entre la pandemia, la guerra y ahora la sequía, pero está imposible tener pesos. Las tasas de interés están sobre el 100%. No sé que va a pasar este año. 


La relación con la escritura sin censuras

Este  texto es parte del taller de escritura que estoy haciendo con Kari Wain, en un intento por retomar el hábito de la escritura creativa.

Paso muchas horas escribiendo, sobre todo en inglés. Creo que es normal ahora que escribimos mucho para comunicarnos, pero todo lo que escribo durante el día tiene un fin meramente comunicativo con otras personas. La escritura es una herramienta comunicativa y organizativa, pero empecé pensando en este taller para destrabar la parte creativa.

Mi mayor deseo respecto a la escritura es poder plasmar esas historias y textos que a veces se me ocurren, y que luego quedan en la nada flotando pequeños fragmentos o frases en mi cabeza. De alguna forma sé que podría ser bueno para otros y para mi.

Sin embargo, cuando me siento a escribir me pasa que tengo un primer momento de creatividad en el que siento y creo que lo que estoy escribiendo es genial y vale la pena. Luego eso cambia radicalmente y pienso que lo que estoy escribiendo es la peor basura y que, no solo no le va a interesar a nadie, sino que tampoco me interesa continuar escribiéndolo. Sin términos medios, paso de entregar la idea, y ver un diamante, en los primeros momentos, para luego ver una roca medio común y sin gracia ni ningún interés particular para nadie, ni para mí. Me deja de entusiasmar la idea.

Para escribir necesito tiempo. Y en esto mismo que escribí ya veo el problema que vengo teniendo. No es solo tiempo de quince minutos de hacerlo, de una hora o lo que lleve. Es ese tiempo de retomar un escrito, de dejarlo unos días inconcluso para pensarlo nuevamente y leerlo nuevamente y modificarlo. Es tiempo mental que no le estoy dando a las cosas, ya que cuando debería terminar de elaborar la idea ya pasé a la etapa de roca. Y a las rocas no les doy segundas oportunidades.

También le tengo miedo a las correcciones. Creo que la primer idea era realmente un diamante y temo que las posteriores correcciones la conviertan también en roca. El culpable es Aldous Huxley, y explicaré porqué. Salvando las distancias, Aldous escribió Un mundo feliz cuando era muy joven. Un mundo feliz es una genialidad en el todo, pero podría haber mejorado ciertas partes. Años después de escribir el libro, Aldous quiso hacer una nueva versión, pero al final la dejó exactamente igual a como estaba. No le cambió ni una coma. Y explicó que la dejaba tal cual, porque aunque sabía que al corregirla podía mejorar su obra, también sabía que un Aldous mas viejo podía terminar arruinando la esencia de la obra en si, lo que era genial. Y tenía razón, creo que puedo perdonar los pequeños momentos no tan brillantes de la novela, pero no el cambio de la esencia. Nos hubiéramos perdido de tremenda novela, que es cierto que en esencia es simple pero una genialidad. La hubiera cambiado con palabras mas complicadas y reflexiones intelectualoides, quizá la hubiera complejizado mucho y en esencia todos sabemos que lo genial es simple.

El tiempo que le dedico a la escritura creativa es nulo.

Pero trataremos de cambiar eso.

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