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jueves, 9 de julio de 2020

Diario de la cuarentena día 111



Busqué en google ¿Cuantos días llevamos de cuarentena? Mas de cien, me respondió google, y es que ya muchos perdimos la cuenta y ya no importa si son 100 días o 200, pareciera que nunca mas vamos a volver a hacer esas cosas que eran tan habituales. 
La nuestra es una suerte a medias, porque las nenas y yo podemos quedarnos en casa, sin embargo el virus puede entrar por mi marido. Está trabajando todo el día en la farmacia en la primera línea de batalla con un hospital enfrente, a ese hospital donde están llevando toda la gente con COVID-19. Algunos días llega a casa, se desviste en el pasillo y entra a bañarse directamente y recién después nos saluda, nos abraza y empezamos a hablar. Hay días que nos descuidamos, la verdad, y solo se tira alcohol en la ropa y se lava las manos y se cambia las zapatillas. Cada vez nos descuidamos mas, hay una rutina y un protocolo muy difícil de seguir para siempre.
Creo que en estos 4 meses increíbles pasamos por varias etapas.
La primera, la etapa del calor y el entusiasmo: El entusiasmo era ponerle ganas a la cuarentena. Comprar provisiones, comer rico y sano. Tratar de buscar maneras de pasarla bien adentro. Estar cerca de las nenas y no perder tanto el estado físico. Parecía una tarea simple, eran solo dos semanas...
Y después fue cayendo toda esa voluntad. Cada ía nos acostumbramos mas a estar adentro y no salir, pero al mismo tiempo comenzamos a lavar menos las cosas que traemos de afuera, y solo nos lavamos las manos antes de comer, o si venimos de la calle. Paulativamente encontramos que no es tan malo verse en una pantalla y nos vamos olvidando como era juntarse con amigos o familia, como era pasear despreocupados y sin barbijo.

jueves, 18 de febrero de 2010

Células Madre... y eso?

Miro en la historia de la genética y veo que en la década del cincuenta recién se descubría el ADN y se asociaba con una forma de guardar información genética trasmisible a la descendencia. Ya antes se intuía que había alguna forma en la que la información se trasmitía de generación en generación pero no se sabía exactamente cual compuesto químico de la célula era el responsable.
Y ahora solo 60 años después hablamos de las células madres y de genética como si esta fuera una ciencia que lleva siglos, cuando en verdad solo lleva un par de décadas ¿Porqué habrá avanzado tanto esta ciencia? Quizá porque es apasionante, y los científicos no podemos creer lo que se ha descubierto, o quizá porque se ha encontrado que puede ser muy redituable. Yo creo que en la genética está el futuro de la medicina, y espero a partir de mis entradas hacerles comprender a ustedes todas las posibilidades de esta ciencia.
Pero antes de que me vaya otra vez de tema (¡es que no lo puedo evitar!), volvamos a las pequeñas células madres.
Como decía en mi entrada anterior todas las células del cuerpo tienen la misma información genética. Hay excepciones, que ya les contaré más adelante y que no vienen al caso ahora, pero las voy a mencionar para que no quede colgado. La excepción son las células de defensa, algunos linfocitos B que se especializan… y por ahora lo dejamos ahí.
Entonces, si todas las células tienen la misma información, cómo puede una célula de hígado llegar a ser una célula de hígado y una de riñón es una de riñón con forma, y funciones completamente diferentes.
La clave está en la diferenciación de las células. En principio una célula madre tiene la capacidad de ser CUALQUIER CÉLULA DEL CUERPO, y dependiendo de a que medio sea sometida esta se “diferenciará” en un tipo u otro. Depende no solo de las hormonas que hay en el medio, sino también de otros factores, como presión y temperatura. Hay un estudio muy interesante que leí hace años, y si lo encuentro les dejo el link: Se sometían estas células a cierta presión elevada, y las células se diferenciaban a células de hueso ¿Increíble? Si!!!
Los diferentes medios a los que estas células son sometidos hacen que se expresen solo ciertas partes del ADN, y también voy a dejar para otra entrada la explicación de cómo una célula se expresa a partir de sus genes. La secuencia de ADN tiene muchas partes que no se usan en una célula pero sí en otra, y que se use o no se use hace que una célula exprese proteínas (y receptores) de hígado o de piel.
El procesos de diferenciación celular es MUY delicado, como un reloj, porque de lo contrario, no existiría la armonía en nuestro cuerpo.
Supongamos entonces que tenemos las células madre de cada uno de nosotros, y el día de mañana necesitamos un riñón nuevo. En vez de necesitar un riñón de alguien más podemos hacer uno propio. Los científicos someterían a nuestras células madres a las condiciones adecuadas para obtener el riñón: presión, temperatura, nutrientes, hormonas, etc.
Esto tendría muchísimas ventajas. No necesitaríamos esperar un riñón de nadie, pero sobre todo no presentaríamos rechazo al órgano ya que sería nuestro.
Es un hecho bastante conocido que el sistema inmune rechaza todo lo que no conoce como propio activando la respuesta inmune. Por este mecanismo los órganos trasplantados son rechazados y hay que encontrar la mayor compatibilidad posible entre el donante y el receptor. Aún con compatibilidad alta, se deben dar inmunosupresores para que el receptor no rechace el órgano.
Las ventajas están a la vista, pero no todo es color de rosa, aún falta muchísimo por recorrer, desde saber las condiciones reales para que esto pueda darse y sobre todo ¿Cuánto tiempo sería necesario para que un nuevo órgano crezca?
Pensemos si seremos posibles, por ejemplo de curar enfermedades degenerativas o reemplazar órganos completos, o devolver la movilidad de algún miembro. Me pregunto si la sociedad estará preparada para que esta tecnología llegue a todos los que la elijan, y dará esperanzas o se utilizará para cosas tan frívolas como renovar la juventud de los famosos.
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