El miércoles se realizó el primer matrimonio Gay en la ciudad de Buenos Aires, y obviamente este paso para algunos es un retroceso para otros. Muchos se proclamaron en contra e indignados porque según dicen el matrimonio DEBE ser entre el hombre y la mujer.
¿Pero según quien? Dicen que según Dios, la naturaleza, la sociedad, las leyes.
Como siempre se nombran estos estandartes me gustaría revisar un poquito cada uno de ellos.
Si la ley no modifica la realidad (esto es, las personas de un mismo sexo ya viven como matrimonio), entonces la realidad debe modificar la ley. Ninguna ley humana es eterna e inmodificable, por lo tanto deben dejar los prejuicios a un lado y velar por el bienestar de todos. Nuestro Código Civil en muchos de sus artículos responde a una realidad y una historia que ya no nos pertenece, como ha quedado evidenciado a través de todas las reformas que hubo, por eso no debemos temer a los cambios. Si que dos personas del mismo sexo se casen no le hace mal a nadie, no daña a terceros, no veo porque no puede procederse.
La unión civil de dos personas que se aman tiene varios fines: da derechos y obligaciones. Derechos sobre las propiedades obtenidas y obligaciones durante el vínculo: de proveerse alimento, cuidado, de ser fieles, etc. Qué nos afecta al resto de la sociedad que algunas personas que ya comparten vivienda algunos hace años, lleven a los papeles sus derechos y obligaciones al igual que las parejas heterosexuales. No puedo comprender porque la gente le teme a que esto suceda.
Muchos dirían que se está validando de esta manera que un ser humano se bese en la calle con alguien del mismo sexo, y entonces qué se le dirá a los niños. Pues bien, la maternidad y la paternidad nos exige permanentemente que respondamos preguntas de nuestros chicos como “Porqué ese señor duerme en la calle” o “porqué ese nene tan chiquito recoge basura”, todo el tiempo nuestra cortísima inteligencia nos obliga a dar respuestas inteligentes y elaboradas a nuestros niños, como si todo lo que ellos vayan a pensar en el futuro dependa de nosotros y como si “no lo sé” no sea una respuesta válida. Muchos se sienten nerviosos cuando siempre responden tal cual les han respondido sus padres, y resulta que nuestros padres no tuvieron que verse la cara con preguntas como las de ahora. Tendremos que innovar, pensar un poquito o decir no lo sé y dejar que con el tiempo ellos puedan elaborar una respuesta a sus propias preguntas.
Me acuerdo cuando en mi época la pregunta prohibida era sobre los niños de padres divorciados, o sin casarse o sobre las madres solteras ¡Cuántos prejuicios!
También están los que dicen que el matrimonio homosexual es “antinatural”. Si vemos un poco lo que es la “naturaleza” podríamos desde ya decir que nuestra sociedad y sobre todo el matrimonio es antinatural. Según lo que sabemos cuanto mas diversidad genética hay en una población, mas posibilidades de sobrevivir tiene esa especie. El matrimonio es una unión monogámica que va en contra de las leyes naturales, porque obliga a una persona a tener x hijos con la misma pareja lo cual disminuye la variabilidad genética. Partimos entonces de la base que la unión civil heterosexual es antinatural también.
La “naturaleza” nos exigiría desechar al padre del bebé y dedicarnos full time a la cría, darle el pecho, dormir con ella, etc. Aceptemos que somos antinaturales entonces, y que inclusive hay animales que mantienen relaciones homosexuales.
Otro tema que siempre nombran es a Dios y sus leyes ¿Cómo sabemos nosotros cuales son verdaderamente las leyes de Dios? Estas han sido escritas por la Iglesia. Todas estas leyes si las miramos bien con lupa, establecen un orden social que a veces poco tiene que ver con la felicidad del hombre y en general tiene que ver con conveniencias políticas. Cuando dicen "Dios no está de acuerdo" me pregunto si Dios no está de acuerdo, o simplemente ELLOS no están de acuerdo. De todas formas algún día escribiré mi opinión sobre la iglesia (y ese día seré excomulgada), pero como persona que alguna vez estudió catecismo solo sé una cosa, y es que si Dios existe, te quiere feliz.
Quizá aquí venga la parte más delicada de la cuestión. La unión matrimonial puede conllevar la formación de una familia y eso incluye niños y hay toda una controversia sobre si permitir la adopción de niños a parejas homosexuales o no. Particularmente creo que la homosexualidad no es una enfermedad mental, como muchos creen, y que tiene que ver solo con eso, una elección diferente a la habitual. Fíjense que pongo “habitual” y no “normal”, palabra que siempre usan para estos casos.
Me pregunto si alguien en su sano juicio podría decir que las familias heterosexuales son mejores que las homosexuales para criar niños. Tendríamos que situarnos en lo que un niño necesita para crecer sano y feliz y veremos que es muy poco solo amor, respeto, paciencia, atención, comida y educación. Yo no veo en estos casos dificultades para que una pareja homosexual pueda darle al niño estas cosas tanto como lo haría un papá solo o una mamá sola o un papá y una mamá.
Tendrán que pelear si, las primeras generaciones de ellos contra todos los prejuicios sociales, que los tildarán de diferentes y harán vaticinios espantosos sobre su futuro. Me imagino ya que podrían decir: Como los padres son homosexuales, los hijos serán homosexuales. ¿Seguro? Digo si esto fuera así, entonces de parejas heterosexuales tendrían que salir siempre chicos heterosexuales y ya vemos que esto no es así.
Tendrán que pelear por ganarse el respeto y refregarle en la nariz de una sociedad prejuiciosa como ya lo hemos hecho los hijos de padres separados. Nadie tiene la certeza del futuro de un niño, y nadie tiene el ABC de como criarlos.
Otro punto que me pongo a pensar seriamente es el valor que le da esta sociedad a los vínculos sanguíneos. Siempre todos los jueces favorecerán que el niño permanezca con sus padres biológicos antes de permitir a una pareja adoptar al chico. Y en esto la ley de adopción es sumamente injusta con los sentimientos de los padres adoptivos y de los chicos favoreciendo que siempre estos vuelvan a su hogar biológico.
El año pasado tuvimos que ser testigos de como una mamá era arrancada de sus hijas mellizas para ser entregadas a su (caprichosa y egoísta) madre biológica, porqué tanta crueldad con las criaturas, porqué ese manoseo emocional, porqué si todos nosotros sabemos que el vínculo es desde la panza pero se hace mas fuerte todos los días cuando mamá te cuenta un cuento o te acuna para ir a dormir, o te ayuda a hacer los deberes y te cuida cuando estás enfermo.
cARO: Aplaudo esta entrada, coincido con todo lo que decís. Pero habrá que ver. La gente es hipócrita. Se mete en lo que no debe y no conoce la solidaridad. Y el respeto es lo que menos conocen.
ResponderEliminarHola pistera!
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar por acá. Muchas perdonas quieren creer que lo que tienen es lo mejor y si han sacreificado todo por "parecer" y por estar acorde, jamás les caerá bien esto. Las personas temen mucho a los cambios y a lo desconocido y a lo no standard.
De algunos es una desinteligencia y de otros es solo miedo.
No quiero parecer que lo sé todo diciendo esto, también puedo estar equivocada pero solo doy mi opinión.
Me quedó una pregunta en el tintero:
El día de mañana que dirán las estadísticas? Habrá mas divorcios hetero u homosexueles?
Carolina muy buena entrada, eres la primera persona que veo publicar una nota debida sobre el tema. ¿Qué yo creo? Yo creo en la igualdad de todos los seres humanos. Nadie se pregunta en qué es lo que necesita el niño o la niña en verdad en el caso de las adopciones. Los gays provienen de un matrimonio heterosexual, y nada indica que la crianza de un niño o una niña por personas del mismo sexo los lleve a una orientación distinta. La orientación sexual no está en manos de los ejemplos. Sobre los matrimonios, pues yo me alegro grandemente porque eso haya ocurrido, cuando te pones analizar quienes único lo impiden son aquellos estrechos de cabeza y amplios prejuicios morales. El resto de la humanidad no tiene por qué cargar con eso. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Yamil por tercera vez en el día. Tu aporte es siempre muy valioso. F Niestche tenía mucha razón cuando decía que debemos despojarnos de nuestra moralidad impuesta por las leyes de la iglesia y la política. Es un concepto muy difícil de comprender y en un principio hasta me chocó.
ResponderEliminarNo sé como es allá, pero acá en Argentina adoptar un chico es muy difícil para todos y paralelamente hay muchísimos chicos en la calle. El estado favorece permanentemente la reconstrucción del vínculo con los padres biológicos, que reciben beneficios económicos por tener muchos hijos y por ese motivo no les conviene ceder la custodia. Los años para los niños pasan y cuanto más grandes son, es más difícil que se puedan adaptar a un hogar adoptivo, y entonces estos quedan carentes de afecto y familia en la calle. Es muy triste que muchos levanten el dedo de la moralidad contra los gays, pero nadie dice nada contra la inmoralidad que la sociedad está haciendo con nuestra infancia.
¡Muy interesante esta entrada! Si tan solo pudiéramos abrir nuestras mentes un poco más y darnos cuenta de que el amor es el amor, y de que nadie es más o menos persona por ser heterosexual u homosexual...sin dudas el mundo andaría mucho mejor.
ResponderEliminarLa homosexualidad no es una enfermedad como alguna vez se ha creído, y quienes son homosexuales deberían tener los mismos derechos que quienes somos heterosexuales.
Con respecto a los vínculos de paternidad y maternidad, creo que van mucho más allá de lo biológico.
El otro día mientras leía Los Hermanos Karamazov encontré unas palabras hermosas...cuyo trasfondo era que los títulos de madre o padre no les son dados directamente a alguien tan solo por concebir o por vínculos biológicos. Es como vos bien escribiste: tienen que ver con esos lazos afectivos que se van construyendo incluso desde antes de la concepción. Cuando faltan esos lazos, no hay biología que justifique y pueda dar título de padre o madre a quiénes no se lo merecen.
Hola Valérie muchas gracias por pasar por acá!
ResponderEliminarOjalá lo que para nosotros es tan evidente un día lo sea para los jueces. Esta cuestión de estos padres biológicos que re- aparecen una y otra vez para arruinar la vida de sus hijos me recuerda a la decisión del Rey Salomón, solo que esta vez, a quien no le importa la vida de su hijo sino solo ganar una batalla por el cuerpo es a los padres biológicos.
Hace un tiempo ver ese caso de las mellizas cuya custodia se cedía a la madre biológica me movió mucho el piso. Pensé que jamás pasaría por el riesgo de adoptar ¿Porque los jueces no saben acaso lo que destruyen tomando esas decisiones?
Un abrazo y espero que sigas pasando!