Fue un viaje relámpago, pero me hizo bien. Pude despejar, parar y curar el cuello de la tortícolis. Llegué desesperada por hacer de todo, aprovechar cada segundo con muchísima ansiedad.
El viernes salimos 4.30 de Capital federal pero recién a las siete de la tarde nos subimos a la autopista (en capital todavía), al caos del tránsito se sumó haber elegido el peor camino (gracias GPS!!) y un paro de subte sorpresivo (&%$&&#%$#!!!!). La ciudad se transformó en un laberinto de ratas furiosas al cual le daban de palazos. Por suerte escapamos.
Al final relajé, caminamos poco, recorrimos poco, nadamos mucho, dormimos mucho, miramos tele acostados en la loza radiante, nos morimos de calor con la loza radiante y recién el domingo aflojó un poco el dolor de cuello.
Ver las cosas de lejos ayuda.
Tengo muchas ganas de escribir en el blog.
Qué bueno que la hayas pasado muy bien y que hayas disfrutado!! A mi me está latiendo el ojo hace un par de días y sé que es stress, ya me pasó antes....Ojalá pueda irme yo tb!!
ResponderEliminarBienvenida!