Hoy vuelvo retomando un poco con mis reflexiones de política de la semana pasada.
Hoy hoy con un grupo de amigos, que uno de los grandes problemas sobre Argentina y la relación con sus políticos es la ignorancia que los Argentinos tenemos sobre economía global. Otro de los problemas es la estrechez de visión de la gente, la mayoría de las personas basa sus creencias políticas en una sola frase "yo con tal estuve bien, logré X cosa, me cerraron los números". Simple y llano. Demasiado llano para mi gusto.
Cuando tenía ocho años tuve mi primer cajita de ahorros, tenía una familia de conejos en la tapa y aunque no lo crean tuve la costumbre de guardar mi dinero en ella hasta que me casé. Por eso tengo bien viva la imagen de la tapa ya oxidada. Allí escribí 3 australes, porque fue lo primero que puse. Mis primeros ahorros.
Me podría haber comprado como 12 paquetes de figuritas, pero decidí ahorrar. Unos pocos días después no me alcanzaba ni para comprar un caramelo. Aclaración para lectores extranjeros: No estoy exagerando.
La escalada de precios era despiadada, a muchos negocios les convino cerrar sus puertas, porque lo que a la mañana vendían a 0.50 centavos por la tarde valía 1.50.
Me acuerdo un "esquech" de un programa cómico, en el que un comerciante tenía un auricular por el que le iban pasando el índice inflacionario. Entraba una clienta a comprar un chupete que al principio valía un austral, y en ese rato que hablaba con el vendedor para decidir cual llevar lo terminaba pagando 10 australes!!! Se lo enchufaba en la boca al bebé y salía corriendo espantada.
Esa fue la época de la hiperinflación en Argentina, y si yo en ella perdí tres australes, hubo gente que perdió todos los ahorros de una vida.
Me acuerdo de la propaganda "Argentina vuelve a tener peso", ahí cambiamos la moneda de Australes a peso. El cambio no era solamente en el nombre: para cambiar de australes a pesos había que sacarle un montón de ceros (creo que cuatro). Mi bis abuela estaba súper perdida, te hablaba de un millón de pesos, y en realidad eran diez pesos. Había llegado la época de la convertibilidad.
El mayor fantasma después de los Radicales para muchos Argentinos era volver a votar un radical y que volviera la inflación. Con eso nos asustaron como a chicos ¿Por cuánto tiempo?
Cuando llegó De la Rua, su principal campaña fue decir que un dolar iba a seguir siendo un peso (y lo repitió varias veces por si no le creíamos). Por eso digo que los Argentinos no tenemos idea de eso. Yo lo entendí bastante de grande: mayor flagelo que la inflación es el desempleo. Estar en casa dándole a la cabeza, viendo que se acumulan facturas, pasan los meses y no hay oportunidades, no las hay para nadie y cuando haya una simple oportunidad va a haber cincuenta esperanzados como vos tras ella.
No comprendí hasta que alguien no me dijo lo obvio: No somos competitivos, somos demasiado caros. Es básico: a un empleado en China le pagan 50 dólaes y con eso le alcanza para vivir porque su moneda está mas devaluada, acá tenés que pagar mínimo 800 dolares/pesos. Si fueras una empresa ¿Dónde elegirías fabricar? A nosotros también nos era mas sencillo importar que comprar industria nacional.
Muchos dicen "gracias a K tengo trabajo", y yo digo que también miran hasta su nariz. Los gobiernos posteriores a De la Rua tuvieron un permiso que nadie mas había tenido: Devaluar. Hablar de devaluar antes del 2000, era decir una mala palabra, quien se quema con leche ve la vaca y llora y si algún lector Argentino está leyendo esto, díganme si hubiese votado a De La Rua si el decía "Voy a devaluar".
Después de diciembre del 2001 a todos nos pareció que la devaluación no era el mal peor. Miles de voces rogaron al unísono sin entender bien porqué: Má si ¡Devaluá! Hacé lo que quieras, pero sacame del fuego.
Por eso digo, tenemos que aprender, tenemos que leer y educarnos en economía y tratar de comprender, porque de lo contrario somos títeres de nuestros propios fantasmas.
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