Ayer me encontré después de mucho tiempo con la gente del Taller Literario. Hace unos años asistía a un taller en el Centro Cultural Piana. Empecé a ir cuanto tenía 15 años, pero lamentablemente no por mucho tiempo. Ya postearé algún cuento de aquellas épocas.
Después empecé mi carrera, donde todo es cuadrado todo es dos mas dos, y la elegancia en las letras es inexistente. Lo que hacen esas carreras es endurecer la mano del más imaginativo escritor, te oxidan cualquier belleza literaria y te pudren las metáforas hasta el punto que todo sea putrefacto y tangible. Lo único que aprendí en esos años relacionado a la lengua, fue resumir, acortar las palabras y escribir a máxima velocidad en medio de una clase.
De vez en cuando me daba el lujo de volver leyendo una novela en el colectivo de vuelta a casa, después de estudiar durante meses para un examen.
Cuando terminé la carrera retomé un tiempo el taller del Piana, y ahí conocí a Arturo.
Arturo es un señor de mas de 70 años, de edad corporal (no me mates Arturo!!!), pero en su forma de ser aún pareciera tener 25-30 años. Es una persona muy agradable para hablar, como el resto de la gente del taller. La última vez que lo había visto hablamos sobre las relaciones sentimentales y me dijo algo que nunca me voy a olvidar (da para otra entrada y todo). Tan importante fue que dos semanas después empecé a salir con mi marido... y de paso patié a mi ex, je!
Ayer comentábamos eso y la gente del taller me decía "Arturo te trajo suerte" y él acoto, "quizá mala suerte"... jijiji.
Cuestión es que este señor escritor con todoas las letras, tiene mas de 40 años de talleres de literatura. Ha escrito ensayos, cuentos, novelas. Realmente creo que es MUY bueno haciendo lo que hace, tiene una picardía para escribir que me ha hecho llorar de risa en mas de una ocasión ¡Y no solo eso! Es muy ocurrente. Aún me acuerdo después de años las crónicas de "El hijo del colorado" o la historia de la nena que va en el auto con la madrastra y se prende fuego (la madrastra, jejeje), en fin miles de historias que escribió durante décadas de taller.
Ayer le comentaba de mi blog, y me le sembré la semilla de "El mundo blogueril". ARTURO: TE TENÉS QUE ANIMAR, hacete un blog! El mundo se merece tu talento.
Yo prometo hacerte fama (toda la que pueda, jajaja)
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