¡Gracias por estar acá!

viernes, 26 de abril de 2019

Insomnio de media noche

Pensé que era mas tarde la verdad, pero no me podía dormir y dicen que quedarse en la cama con insomnio no tiene sentido. Y es cierto, mucho mas ahora que ya tengo cuarenta años y un colchón que resultó ser tan malo que ya necesitamos cambiarlo con menos de dos años de uso.
Así que me duele toda la espalda, los hombros y no me vienen ganas de soñar. Parece que el insomnio solo hace que la cabeza siga navegando por pensamientos poco felices.
Me pasó un par de veces estas semanas, solo que esta vez se sumó el hecho de no saber donde está mi celular y pensar que se va a poner a sonar a mitad de la noche o en la mañana temprano. Así que después de dar vueltas en la cama un rato, decidiendo si iba a ir por él o no, me agarró demasiado insomnio para volver a dormir.
Y los pensamientos poco felices tienen que ver bastante con la economía del país, y la desesperanza general. Yo no estoy padeciendo lo que la mayoría, pero mis posibilidades de tener las cosas que quiero están cada día mas lejos. Ya tengo 40 años y pienso ¿Y cuando voy a hacer ese viaje? ¿Y cuando voy a entrar a mi casa por primera vez? También es preguntarme cuantos años les quedan a mis hijas de infancia que tienen 11 y 5 años, para crecer en un lugar lindo y tener la mascota que quieren y que siempre les digo que no porque "las mascotas necesitan espacio".
Y no es que estos años no haya trabajado, o no haya crecido laboralmente. Dejé a mis hijas al cuidado de terceros, para no perder ni un día de trabajo. Es solo que yo no tengo una herencia, ni padres que te presten "ese adelanto".
Y después pienso que son pretensiones tontas, cuando un par de familias que conozco me cuentan que están pagando la comida de lo que resta del mes con la tarjeta de crédito, y que para no endeudarse tanto calcularon la comida exacta que iban a comer hasta cobrar. Gente que aún tiene trabajo pero que el salario no les alcanza para comer.
Todo es relativo, y difícil cuando el clima de desesperanza es tanto. A veces la gente se junta para consolarse, o desconsolarse al menos compartiendo un mate, y a veces se enoja tanto que se aleja. Ahora me siento sola.
Ayer casi me atropella un taxi. Me dio mucha bronca conmigo y con el taxista. Por un lado reconozco que crucé con el tiempo justo aunque la prioridad era mía porque era una esquina sin semáforo con unas lomas de burro por una escuela, cuando el taxi no frenó ni un poco en las lomas de burro sino que hasta aceleró porque me vio cruzando, empecé a correr, pero con las botas que tenía puestas no podía moverme tan rápido. Tuve suerte de no caerme, y el taxi me rozó. Me dio miedo de no volver a casa con mis nenas, de que no me vean mas. Me dio miedo de vivir en esta sociedad del orto, donde un taxista te ve cruzar y piensa que sos nada, o que sos "una oligarca", o "una negra" y entonces te pisa. Porque está tan fomentado el odio, y hay tanto resentimiento por "los otros", que "los otros" pasaron a ser los culpables de las frustraciones propias. Después de eso me largué a llorar de la impotencia, de la impunidad con que alguien te puede arrancar la vida en un segundo y que no tenga consecuencias. Lloré un rato, y cuando se me pasó caminé despacio esperando que se me pase la hinchazón de la cara.
No sé. Quizá es cierto que hay que irse del país, que ya lo económico, lo político y lo social están terminados para poder ver crecer a los hijos en un hogar propio y con un perro o un gato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails