Con pájaros en la cabeza

Hoy un pájaro se posó sobre mi cabeza, más exactamente se trataba de un pájaro carpintero, sin la simpatía claro de aquel tierno personaje. Y comenzó: se te está cayendo todo, se te está cayendo todo, se te está cayendo todo, se te está cayendo todo, no comer, no comer, no comer, no comer, no comer, tenés celulitis, tenés celulitis, tenés celulitis, tenés celulitis, tenés celulitis…
Cualquiera pensaría en una versión masculina de dicho pajarito diría algo como: la última vez no se te paró, las minas ni te registran, las minas ni te registran, las minas ni te registran, te estás quedando pelado, te estás quedando pelado, te estás quedando pelado, tenés que pagar por sexo, tenés que pagar por sexo…

Sin embargo los “pajaritos carpinteros” de los hombres parecen diferentes, en principio son agradables, mas compañeros, y sobre todo invitan al goce del cuerpo, del sexo, de la vida y en general hacen a los hombres sentirse orgullosos de ser hombres, de ellos mismos. El mensaje es: valés mucho. Un ejemplo sencillo es la publicidad de Axe, en la que miles de mujeres corren a un hombre (uno común , no un super modelo justamente) solo por echarse un poco de desodorante. Pareciera que la va a pasar bien ¿o no? Y también pareciera que van a vender mucho desodorante.

Seré un poco ingenua pero no quisiera dejar de preguntar ¿Porqué las cosas que le venden al público masculino no funcionan con el público femenino? Esta pregunta obviamente, abre muchas más preguntas y es solo la punta de un iceberg de una sociedad que le exige más a la mujer en ciertos aspectos, y que contrariamente a lo que se piensa nos esclaviza cada día más. Liberadas? Nosotras? No lo creo!
Pero el cambio no será externo hasta que no se internalice en cada una de las mujeres: no por nada, los publicistas tienen psicología en su carrera, y muchos sabemos que antes de hacer algunas publicidades se hace un completo estudio de mercado.
Estas desdichadas publicidades no es una inocente des prolijidad o falta de lucidez de un publicista ¡No! Nos refleja a nosotras mismas en nuestra naturaleza sadomasoquista (a superar) y también refleja el entorno en el que hemos crecido, y el mensaje completo de una sociedad.
Me vería tentada a comenzar con un boicot a las marcas que utilizan esta fragilidad femenina para vender sus productos, pero este sabemos es solo un cambio superfluo.
No podemos cambiar el mundo, sin cambiar nosotras.
Les dejo el link por si no vieron la publicidad:
http://www.youtube.com/watch?v=WcBuWgGOu6g