Esta es la sensación que me quedó luego del hecho protagonizado por la muy bien apodada “Hiena Barrios” el domingo pasado en Mar del Plata.
De solo leer algunos detalles del accidente y sus consecuencias, me puse a pensar ¿Porque? ¿Porqué se deben lamentar víctimas fatales de mal llamados accidentes de tránsito?
¿Accidente?
Accidente es algo que no se puede evitar, es un hecho aleatorio y fortuito, que tampoco se puede predecir, y hay quienes ante un accidente buscan un responsable sin encontrarlo. Pero esto tiene un clarísimo responsable, culpable y asesino: La Hiena Barrios.
No fue una distracción de un segundo, ni fue algo que a cualquiera le puede pasar: Manejando a altísima velocidad en medio de una ciudad balnearia en plena temporada, es estar buscando que eso pase y por lo tanto no es un accidente. Imagínense a la velocidad que esta bestia bruta iba que el 147 que chocó despidió a un ocupante por la ventana, recorrió varios metros, cruzando una avenida y DEL LADO DE ENFRENTE atropelló a las personas que por la velocidad no pudieron esquivar al vehículo.
Un escalofrío recorre mi espalda ante el pensamiento de que en unos pocos días esta “persona” pueda salir a la calle y hasta manejar, ya que asesinar con el auto en Argentina es gratis, una ganga: un delito excarcelable. Y ojo no digo que aún tomando todas las precauciones no pueda suceder, digo que acá se buscó que esto pasara y me pregunto si en este caso no podría encontrarse intencionalidad.
No tendremos justicia, y me pregunto si podremos esperar que a este individuo le carcomerá la conciencia como a cualquiera de nosotros o no… Porque evidentemente conciencia vial no tiene, ni piedad para con la vida del prójimo.
En esta ruleta rusa, de la imprudencia y la falta de responsabilidad por los otros, el día de mañana puede ser cualquiera de nosotros el que esté pidiendo por una justicia que jamás va a llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario